Para salvar a los bancos, los jefes de Estado de los países más ricos fueron capaces de organizar varias cumbres en pocos meses y de movilizar más de 2,3 billones de euros. Pero, ¿qué se hizo para salvar a la mitad de la humanidad que vive en la pobreza? Prácticamente nada. Sin embargo, según las Naciones Unidas, con una suma cincuenta veces menor, se podría abastecer de agua potable, alimentación equilibrada, servicios de salud y educación elemental a cada habitante de nuestro planeta.
Ignacio Ramonet, La catástrofe perfecta (Icaria Editorial, 2009).