Primer día la mañana fresca. «Siempre habrá monstruos», escribe Laura Hojman, «pero el silencio, la irreflexividad, la falta de cuestionamiento, el decidir no meterse, el apartar la mirada, no dejan de ser menos monstruosos. Recuérdenlo cuando les lleguen al grupo de whatsapp imágenes íntimas de una mujer». Quién no ha recibido un «perdón, no era aquí» cuando alguien envía «por error» una de esas imágenes, casi siempre con algún tipo de hiperventilación. A quién le ha sorprendido la autoría del «error».
And the World it show me out
My clothes they show me out...
El contraste de una sonrisa para inventar una carátula de La fragilidad del hielo, el romanticismo de Jules et Jim con el traje de An elephant sitting still (faltan las guitarras de Hua Lun).
Llamantes no deseados desde países que empiezan por P. Leo que AIOverviews de Google recomendó poner pegamento en la pizza y comer piedras. No se presume ni hay que dárselas de no haber visto Titanic o Los Soprano. Que la broma sigue: «Has escuchado glitch y electrónica los sábados por la mañana. En la misma línea: electrónica experimental británica, techno de detroit, fluxwork, afrofuturismo, braindance y música experimental africana». Eres lo que escuchas, dicen, solo que no conocías las etiquetas, ni siquiera la de Alva Noto; la única certeza es el hoyo que hay «en la misma línea» de la pista exterior 1 de pádel del Velódromo.