Campos de cristal.

Campos de cristal.

Encuentro telemático con Marisa y Manuel, de Aliente, sobre cómo regular (que no prohibir) desde los ayuntamientos la invasión de macro-renovables. En resumen, para que se entienda: apostamos por la energía renovable y de autoabastecimiento; apostamos por proyectos como «Un millón de tejados» y otros similares, impulsados desde la Unión Europea; apostamos por reducir las emisiones de CO2 y ayudar a parar el cambio climático, desde cada hogar, sin necesidad de transportar la energía.

Lo que está sucediendo con las macro instalaciones solares en los campos andaluces es esto: perdimos la soberanía energética y ahora estamos en la fase de no perder la soberanía alimentaria; se trata de que no llegue un promotor/fondo de inversión con un maletín a un gobierno local, diciendo «yo pongo una planta donde me da la gana». Que sí, que eso es lo que está pasando.

Planteé aquí el asunto con tres frases contundentes y consecutivas: 1) Para dejar sitio a los molinos de viento se talan árboles y para construirlos, también. 2) Puede suceder que el último árbol del planeta lo tale un proyecto de energía sostenible. 3) Tal vez entonces nos sobre la electricidad, pero nos faltará el oxígeno. En este caso, la variante se llama paneles solares y cultivos agrícolas.

On line veo a compañeras y compañeros de Lora del Río, Fuentes de Andalucía, La Puebla del Río, Guillena y Carmona; de estos dos últimos municipios se habla de saturación escandalosa.

La batalla es compleja y tiene diferentes frentes: jurídico, institucional, de movilización ciudadana… Cada realidad tiene que generar su sinergia. En IU vamos a desarrollar una hoja de ruta sobre este tema.