Mi amiga invisible de este año se llama Sigrid Kowollik y su regalo ha sido (además de una maravillosa botella de buen vino) un libro de fotografías de Fidel Castro, en modo biografía ilustrada, «desde la conquista de Cuba hasta la Guerra Fría y el inicio del nuevo milenio: como guerrillero, político, deportista, pero también como persona». La obra, editada en Alemania, incluye 4 CD con «música tradicional cubana». Esto último llamó mi atención, sobre todo al buscar en Spotify las primeras canciones del primer disco y comprobar que se trataba de grabaciones en directo.
Mis pesquisas me llevaron a Cuadernos de La Habana, una colección de 5 discos (uno más que en el libro) con música grabada por los productores de jazz y clásica Stefan Winter y Mariko Takahashi en un viaje al corazón de La Habana a finales del siglo pasado, donde recogieron sonidos que «encontraron en los patios traseros, calles estrechas y bares de La Habana». La portada de la colección, diseñada por Gunter Mattei, incorpora escenas y momentos clave de este viaje musical.
Por tanto, lo que en el libro se anuncia como «música tradicional» es, además, casi literalmente una grabación callejera con ruido de fondo, puertas que se abren al entrar en la sala de billar, público que aplaude, canta o comenta… con lo que tienes la sensación de estar recorriendo la ciudad a través de sus huellas sonoras.
Una preciosidad. Gracias, Sigrid.