Asisto con Silvia Martinez a la presentación de Depuración y represión de los funcionarios y empleados de la Diputación de Sevilla 1936-1939, un trabajo de investigación, documentación y organización dirigido por Carmen Barriga Guillén, quien fuera jefa del Servicio de Archivo de la entidad provincial hasta su jubilación en diciembre de 2020. Ella ha sido la encargada de contarnos con detalle el contenido de la obra, en un acto donde también han intervenido Casimiro Fernández (Diputado del Área de Cultura), Fernando Martínez (Secretario de Estado de Memoria) y Javier Fernández (Presidente de la Diputación).
El libro contiene una relación detallada de aquellas personas que formaban parte de la plantilla de la Diputación de Sevilla entre 1936 y 1939 y fueron cesadas, suspendidas de empleo o forzadas a renunciar, a raíz del «proceso de limpieza ideológica» de trabajadoras y trabajadores que se consideraban contrarios al fundamentalismo del bando fascista. En el caso de la Diputación, esa represión y violencia comenzó en septiembre del 36, una vez recibida la orden del golpista Queipo dictada el 9 de agosto. En total fueron «depuradas» 227 personas, un tercio de la plantilla, algunas de ellas fusiladas antes de aparecer en los listados de la comisión gestora que se encargó de la socialización del miedo a costureras y a médicos, a peones y a enfermeras.
Los datos y la información de este libro (que ha contado con la colaboración imprescindible del equipo técnico del Servicio de Archivo de la Diputación: Rafael Martínez Ramos, archivero y actual jefe del Servicio, y las ayudantes de archivo, Elisa Isabel García López, Trinidad Prados Figueroa y Loreto Rodríguez González) contribuyen a poner en marcha la reparación moral y la recuperación de la memoria individual y profesional, familiar y colectiva de las personas represaliadas, tal y como recoge la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática.