Brawl Stars y Candy Crash en las pantallas de los móviles camino de Diputación en tren de cercanías, que es transporte de clase obrera, pieza no menor del escudo social desde que existe el abono gratuito, derogado la semana pasada por las derechas en el Congreso y ahora en modo reseteo. Leo que los datos del desempleo son buenos, en nuestro país y en la provincia de Sevilla, sin bajar la guardia ni darse por satisfecho.
Al entrar en la cafetería, Fernando me pregunta qué hacía el domingo viendo el Betis femenino… «Disfrutar de los momentos» le respondo, que estando a 89 segundos de la catástrofe el resultado en el marcador nada empaña y desentonar sí, pero desafinar nunca (aquí la frase introspectiva).
Tarde cayendo lo más grande de lluvia, pero en nuestra sede de Dos Hermanas compartimos merienda con la compañera Inma Nieto y el compañero Antonio Montaño, que cuentan con inmejorables hojas de servicios en defensa de la sanidad pública andaluza, tanto en las instituciones como en las movilizaciones. También se ha unido la parlamentaria Esperanza Gómez, acompañada de Sergio Cedena y Roberto del Tío. Nuestro coordinador local, Fran Gª Parejo, ha aprovechado la sobremesa para presentar la campaña por el acceso a una vivienda digna en nuestro pueblo.
Cada cierto tiempo me llega música de Malí. Escucho a Songhoy Blues después de leer una crítica a su nuevo disco, Heritage, en la revista digital Rockdelux: «una hermosa colección de canciones que nos hace abrir los ojos más allá de nuestro etnocentrismo occidental y que certifica el profundo vínculo que tienen los autores con sus raíces». Acierto: me encanta, encuentro lo que busco. A fin de cuentas, me digo, en la música como en la política, una suerte de “usar melodías del pasado para contar la historia en nuestra propia época”.