Las ratas meriendan marihuana

en una comisaría de Nueva Orleans y un enjambre de abejas invaden la pista de tenis de Indian Wells el día en que Antonio Luque repasa vida y milagros de sus compañeras y compañeros de comunión. Lo natural y lo sobrenatural se funden en el panel de votación de la ley de amnistía en el Congreso, ahora la distopía de dos meses en el Senado y luego Puigdemont en maletero del coche o en olor de multinacionales (las multitudes no, el tiempo pondrá cada cosa en su lugar) a deshojar la margarita donde ocupar su escaño. En ocasiones se puede deconstruir la sintaxis y el viernes se entiende igual, en el vagón de metro se anuncia Pablo de Olavide cuando llegamos a Prado de San Sebastián.

20240315_151350

Rendez-nous la lumiére, rendez-nous la beauté.

Terminando Socialismo de medio planeta me he acordado de aquella frase provocadora de Godard en Nuestra Música: «El comunismo existió, sí. Fue durante dos tiempos de 45 minutos, en Wembley, cuando Hungría le ganó 6-3 a Inglaterra. Los ingleses jugaron individualmente y los húngaros, en equipo.»