Etiqueto esta semana

con la canción Tes desirs font desordre, de Cali y Dominique A, una suerte de Insurrección dulce, banda sonora de un primer lunes de abril con María Cortijo ilustrando Estampa Popular Sur a nuestra cuadrilla comunista, resolviendo el enigma del retrato a lápiz que su padre nos dedicó hace décadas.

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I’ve changed my routine now I’m clean.

Recordaré esta semana como la de las cuarenta y cuatro asambleas locales, en mi caso Bollullos, La Puebla de Cazalla y Dos Hermanas, donde ya hemos empezado a deshibernar la caseta para la feria. Y mi primera parada y estancia en Casariche, el pueblo del alcalde nieto del que fue mi padrino de bautizo (los caminos del azar son insondables). El pleno de las cuatro horas en Diputación, Brett Anderson abrazando lunas asesinas, la visita de un amigo de Bilbao con un postre de aúpa (Athletic) y una triste, muy triste noticia que, no obstante, ha puesto luz a la generosidad del ser humano. «Camarada, cuánto lo siento. Habéis luchado mucho por ella, envidio vuestra dignidad. Merecéis todo lo mejor. Un abrazo grande y ánimo».

Manifestación en el Día Internacional de la Salud; me ha sorprendido (positivamente) la respuesta ciudadana. Y la satisfacción de ver a nuestra gente bajar de los autobuses y ponerse detrás de las pancartas de las plataformas y mareas blancas de toda la provincia. Ganas de silbar «Sentí pasando sobre mí / el aire cálido de abril / y caminé / despacio y en silencio». Y saludar a las personas que, no se sabe bien por qué, acostumbran a hurtar la mirada. He rescatado una revista Nuestra Bandera de 2019, titulada La ofensiva neoliberal contra la sanidad española (es de antes de la pandemia: peor me lo pones). El número de abril de Mundo Obrero hay que leerlo también, tiene análisis muy interesantes sobre la situación de nuestra agricultura, por ejemplo.

Coordinador de Izquierda Unida Sevilla.