Diario (o casi) semanal: del 9 al 15 de enero.

El sonido de la familia. Cultura desde la subcultura.

Dramatis Personae: Rafael Alberti, Salvador Allende, Jair Bolsonaro, Richard Wagner, André Gide, Francisco Umbral, Pepe Ruiz, José Antonio Diáñez, Everything But The Girl, Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Maíllo, Felix Denk y Sven von Thülen.

Lunes, 9 de enero.

«Al fin, los mismos en Chile que en España» escribió Alberti el 13 de septiembre de 1973 en un poema dedicado a Allende. Parentelas del siglo XXI repiten la historia: los mismos en la Praça dos Três Poderes que en el Capitolio, dos años y dos días de por medio (con Bolsonaro, ay, en Florida).

«He matado a mi amor», dicen que dijo. El machismo asesina a tres mujeres y uno ya no sabe ni cómo expresarlo. Fue lo que pensé anoche, insomne a media jornada. Al final (cucamonas que te hace el cerebro) me dormí barruntando la obertura de Tannhauser, esa misma que no escucho desde que se me rompió el tocadiscos, antes de nacer mi hijo; tal debió ser la respuesta a la cucharada de cafeína con la que no debí merendar por la tarde.

Trabajo en casa hasta las 10 de la noche, rompo la rutina (autoimpuesta por recomendación médica) de cenar más o menos las 8. Media hora y un yogur después, termino la primera parte de ‘Los monederos falsos’. Poco antes del final, escribe Edouard sobre su diario: «Nada de lo que me sucede cobra existencia real hasta que lo veo reflejado en él». Y más adelante, el viejo La Pérouse suelta esta brutal sentencia: «Si se pudiese recuperar la intransigencia de la juventud, de lo que más se indignaría uno, es de lo que hemos llegado a ser».

Escucho el boletín de noticias de Radio Nacional tras las señales horarias de la medianoche, justo al salir la ducha, sin la suerte de una canción con que llevarme a reposar la cabeza en la almohada.

Martes, 10 de enero.

Salgo de casa con una bufanda prestada de mi señora, que me ve más Francisco Umbral que nunca. Con ese aire dejo atrás buena parte de la mañana en el Parlamento (con nuestro alcalde de Peñaflor, Pepe Ruiz) y de la tarde en Olivares, con nuestro candidato a la alcaldía (José Antonio Diáñez) recién elegido.

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Más feminicidios y, para no dar puntada sin hilo, los medios negacionistas y machistas aprovechan para criticar el número escaso de policías destinados a proteger a víctimas de maltratadores. A veces tener razón no te convierte en un ser racional.

Llego a casa a mi hora de la cena. Oh, sorpresa, postre con regalo de reyes tardío.

Miércoles, 11 de enero.

No todo está perdido: 24 años después, Everything But The Girl, y con una canción bien bonita.

Nada que perder, al menos por aquí

Jueves, 12 de enero.

Camino de Lebrija, en Radio 3 presentan el nuevo número de la revista ‘Litoral’, dedicada a la poesía, las artes y el pensamiento, con las aves como temática. En la conversación salen los sonidos enlatados de pájaros que se oyen en algunos espacios cerrados. Inmediatamente me acuerdo de los amaneceres en la plaza donde vivo (también al caer la tarde), sobre todo en los fines de semana, cuando apenas cunde el tráfico, coros de miles de gorriones enmarañados entre las jardineras colgantes, sobrevolados por aviones (primos de las oscuras golondrinas de Bécquer) yendo y viniendo de los techos de balcones como el mío.

Descafeinado americano con José Carlos justo antes de unirnos a la reunión de la plataforma Gambogaz en donde ayer fue cárcel y hoy centro cívico. Las citas serán los días 16, 17 y 18 de febrero, este último para celebrar la 3ª Marcha al cortijo, que partirá, como las dos anteriores, a mediodía desde la plaza del Ayuntamiento de Camas. Hablando con JC vuelvo a la reflexión que he compartido con Antonio Maíllo en más de una ocasión: en este mundo de las políticas tal vez no consigas el triunfo de la revolución, pero el máster en Condición Humana te lo sacas a poco que aguces la vista y el oído en no más de lo que dura un curso académico.

Domingo, 15 de enero.

Una frase de ‘Los monederos falsos’: «Cada uno de nosotros asume un drama a su medida y recibe su cuota de tragedia».

Una de ‘Der klang der familie. Berlín, el tecno y la caída del muro’: «En el casino siempre me preguntaban: «Oiga, para usted, como persona del Este, debe de ser una auténtica locura ver cómo la gente se juega miles de marcos, la decadencia del capitalismo en su máxima expresión. ¿Cómo lo lleva? Pero la verdad es que sólo me escandalizó el primer día. Al fin y al cabo, los veía salir siempre con la cabeza gacha, después de haberlo perdido todo».