Los ciudadanos de la Grecia del siglo V a.C. eran obligados a olvidar por decreto. El PP de aquí, en cambio, practica una especie de neofascismo suavón, a la chita callando, por ejemplo, borrando la memoria democrática de la web del Ayuntamiento de Sevilla.

Cierto: no hay mordaza oficial más cutre que ponerle puertas al campo del internet, pero al patriota que haya tenido la ocurrencia del borrado del clic seguro que le renta el mercenariazgo, todo un guiño del ojo derechón a esa cultura de la ultracancelación capaz de reformular el significado de libertad, pero aún miope para meterle mano a los conceptos de Verdad, Justicia y Reparación.

En España, el espíritu de la transición sustituyó a la justicia transicional, pero el movimiento memorialista lleva medio siglo siendo la china en el zapato de la democracia incompleta y hoy, por mucha matraca que nos impongan reyes y tribunos, van listos si piensan que, eliminando el pasado de una web, borran también su pasado. A cada paso de cangrejo que den, paso al frente y con la misma mirada limpia de quienes lucharon por nuestros derechos y libertades. Y al franquismo, con la ley en la mano, ni agua.

Desde la publicación de la Ley 20/2022 se celebra el 31 de octubre como Día de Recuerdo y Homenaje a las Víctimas del golpe militar, la guerra y la dictadura franquista. Es poco tiempo aún para arraigar la fecha, pero hace meses, con motivo de su convocatoria homóloga en Andalucía, decidimos convocar un acto simbólico que mantuviera viva la luz de las miles de personas represaliadas y sus -también víctimas- familiares.

Y lo hicimos. El último día del mes de octubre, a partir de las 6 y cuarto de la tarde y durante dos horas, en Plaza Nueva de Sevilla se escucharon, uno a uno, los nombres de todas las víctimas que permanecen ocultras bajo la tierra de la Fosa Monumento del Cementerio de Sevilla, es decir, más de 2613. Tras la presentación del acto por parte de Juan Morillo, intervino José María García Márquez, autor de la obra esencial del memorialismo sevillano: Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1963), tras el que se formó una fila de personas que se fueron -nos fuimos- acercando al micrófono para ir leyendo, cada una, los 20 nombres que nuestro compañero Miguel Guerrero nos fue entregando en hojas numeradas y ordenadas por fechas. A mí me tocó la hoja número 39, desde Manuel Lora Farfán hasta Francisco Penedo Cano, una mujer y 19 hombres asesinados el 12 de diciembre de 1936 tras aplicarles el bando de guerra (excepto a una, por sentencia). Muchas de las personas asistentes leyeron, emocionadas, nombres de sus ascendientes.

Enma cantó a Isabel Parra: «La muerte y la vida / Por ser traviesa / La muerte y la vida / Lo deshojó, / Zambita y zambá. / ¿Qué le pasa a la vida? / Yo me pregunto / Más hambre que comida, / Zambita y zambá / No tiene asunto, / Zambita y zambá. / No tiene asunto, sí, / Vida embustera. / No quiso que mi libro / Yo lo leyera, / Zambita y zambá. / Lo puso bajo tierra / La vida perra. (Cuecas del libro, 2004)

(P.D.: La foto que encabeza este post, maravillosa, es -una vez más- del camarada Guti).

AgitPop

Una guía imprescindible para quienes seguimos empeñados en hacer de la importancia de la memoria democrática una realidad cotidiana.

Reseña de Mauricio Valiente.

La música del azar de este 2025, que me acompaña en el día a día, en casa, en el tren o en la carretera. Cada vez que algo nuevo me gusta, lo añado. Tal vez no encuentres una lista de grandes éxitos, pero no soy yo quien decide: son ellas, las canciones, quienes me eligen a mí.

Cancionero 2025 en Spotify.

«Una vez es un accidente. Dos veces es el azar. ¿Pero tres? Es el destino». Hay películas en las que no importa entenderlas, buscarles un sentido lineal o disruptivo; solo hay que verlas, se disfrutan solo por mirarlas. Siempre hay una estación del año que para en Le Pont du Nord.

Reseña de Serge Doney en Libération.