Autobiografía: rima asonante.

Una red social me recuerda las fotos que publiqué el 6 de septiembre de 2019. Ese día me invitaron a almorzar en la caseta obrera de IU La Puebla de Cazalla y por la tarde asistí a la presentación de Neofascismo, la bestia neoliberal en el Espacio LaBarqueta de Sevilla, donde participó (en la presentación y en el libro) nuestro actual diputado Francisco Sierra. Este 6 de septiembre he echado la noche del pescaíto en la caseta El Gallo Rojo, de IU Palomares, y he regalado colectivamente Salvador Allende. Biografía política, semblanza humana, al cumpleañero Fernando Cárdenas. La historia no…

De vuelta.

Mi filósofo favorito, Nicolás González Varela, me recuerda el interrogante de Canetti sobre el darwinismo al vesre: «¿Y si fueran siempre los peores los que quedaran?». Ríos de tinta derramada about this. Los informativos de Radio Nacional salen hoy en portada con los asesinatos machistas en Sevilla y Jaén; muy de agradecer, especialmente, el de RNE Andalucía, alertando: solo un poco más del 2% de la población considera que matar a decenas de mujeres cada año es un problema prioritario.

La máscara de Mefisto.

En aquellos tiempo de pertinaz sequía, el concepto, dos blasillos de Forges contemplaban las primeras lluvias sanadoras de septiembre. Uno dijo: «Esto va a ser muy malo para el campo»; el otro replicó: «Será ‘muy bueno'». «Es que estoy haciendo de Fraga», terminó el primero. Lo he recordado este último día de las vacaciones que nos ha despertado con las tormentas. En la plaza donde vivo, el rumor del agua cayendo viene con vetas metálicas por el repique de las gotas en las viseras y las barandillas de los balcones.

Resaca a juego con los vaqueros. El sueldecito de Feijóo.

La resaca de lo sucedido ayer en el Congreso la explica mejor que nadie -para variar- mi admirado Isaac Rosa, que por tener tiene hasta ligazón familiar con Dos Hermanas. Echando mano del Equipo A en su columna de hoy, escribe que «en una misma jugada, la mayoría progresista consigue el control de la mesa, la derecha se divide, Vox no entra en la mesa, Feijóo se queda sin apoyos para suplicar al rey. Y todavía más: el acuerdo consigue rehabilitar a Puigdemont para la política institucional, arregla un atraso de años en la normalización de las lenguas cooficiales en el Congreso y puede que hasta en el Parlamento Europeo, y sirve para dar unos primeros pasitos en la que puede acabar siendo la legislatura que por fin resuelva políticamente las secuelas del procés.»

Primera sesión.

Mañana con los sentidos en orquesta parabólica: veo on line las votaciones en el Congreso (donde, como escribe Gerardo Tecé, «el parlamentarismo ha asesinado al relato mediático»), apuro y separo a ratos el estudio de mis cosas estivales (reciclaje, vaya), escucho música gratificante (tanto que pienso, aun consciente del desborde intelectual: «¿Cómo he podido vivir sin este disco desde 1981?») y, en modo residual, hasta escribo. En la pantalla aparece, de vez en cuando, nuestra mujer de rojo (Engracia Rivera) sentada al lado de la (nuestra flamante) vicepresidenta tercera, Esther Gil.

La mujer de Tchaikovsky, Jane Birkin y Tina Modotti.

Hoy se han reunido por primera vez, en la sala Prim (no por casualidad) del Congreso de los Diputados, los compañeros y compañeras de nuestro nuevo grupo parlamentario, conformado tras las elecciones del 23J, que se denominará «Grupo Plurinacional Sumar». La web de la cámara baja ha emitido en directo la intervención de Yolanda Díaz en este encuentro que, de vez en cuando, cambiaba de plano y me permitía ver a mis flamantes Engracia Rivera, Francisco Sierra, Toni Valero… (Lo que no he encontrado, al menos por ahora, es la grabación, que me gustaría tener porque se han apuntado líneas y métodos de trabajo muy interesantes para la legislatura que comienza).