Viernes por la mañana visitando la fosa común de Dos Hermanas, donde hace casi un mes que se iniciaron los trabajos de exhumación. He tenido una conversación muy interesante con Inmaculada Carrasco, arqueóloga que está dirigiendo la intervención, quien durante el paseo hasta la cafetería del Tanatorio Municipal -la más cercana- me ha dado una master class sobre el mapa de fosas de la provincia. [Casualmente hemos coincidido con J. Antonio Vilches, concejal del equipo de gobierno que lleva los temas de memoria; él nos ha referido el fallecimiento del padre del alcalde, a quien hemos dado el pésame tras la pausa del café].

Al salir del Tanatorio Municipal recibo una llamada. Habrás leído sobre el concurso de proyectos para el Memorial de Cuelgamuros; en Camas, mediante consulta popular, Coca de la Piñera se quedó en solo Coca para camuflar su origen franquista… y así una serie de reinterpretaciones del significado de los símbolos, lugares y actos históricos del golpe franquista, la Guerra de España y la dictadura para «honrar a las víctimas y promover la reconciliación, en lugar de su uso como símbolos de exaltación o represión», según define la IA el concepto de «resignificación» aplicado a la Ley 20/2022. Un compañero de Olivares me comenta que en la fachada de una iglesia del pueblo cambiaron en su día la típica placa homenaje a los caídos del bando golpista por otra que se limita a los muertos «por España» y que la votación en pleno de una reciente moción de IU, donde se proponía una verdadera reparación, acabó rechazada por abstención del PSOE… excepto su concejala de memoria, que se sumó a la posición contraria del PP. La larga sombra del espíritu de la transición, los dos bandos, la guerra entre hermanos… ese blanqueamiento que convirtió España en el único país sin justicia transicional.

A las Nueve Aceituneras las arrestaron los falangistas el 10 de agosto de 1936, el mísmo día que asesinaron a Blas Infante. Sus nombres eran María, Rosario, Leonisa, Josefa, Francisca, Gabina, Victoria, Josefa y Guadalupe; vivían en infraviviendas de San Juan de Aznalfarache, tenían entre 19 y 43 años de edad y dejaron huérfanos a nueve hijos. Las fusilaron el 24 de octubre de 1936 en las tapias del cementerio de Sevilla, donde probablemente fueran arrojadas a la fosa Monumento, esa misma cuya exhumación ignora el actual gobierno municipal de Sanz. A Josefa la violaron y le cortaron los pechos antes de matarla; siempre llevaba un pañuelo rojo al cuello y le llamaban la rojilla.

Hoy hemos vuelto a recordarlas en un acto colectivo organizado por las tres fuerzas progresistas del pueblo. Ha sido en el mismo lugar donde, hace 8 años, asistimos a la inauguración del Paseo de las Nueve Aceituneras y un monolito en su memoria y en la de 6 hombres sanjuaneros represaliados el mismo fatídico día. A las pocas horas de aquel acto, en la mañana siguiente, nos informaron que los azulejos con los nombres de las víctimas habían sido arrancados. El gobierno municipal de entonces no tardó en reponerlos; fue Rut Engelhart quien me contó hace poco que hubo otra reposición más, tras una nueva vandalización. El paso por la vida de su bisabuelo Otto hasta su asesinato -el 14 de septiembre de 1936- y la casa familiar, Villa Chaboya, también forman parte de los grandes patrimonios de la memoria histórica de San Juan de Aznalfarache que tenemos la obligación democrática de recuperar.

«Del diccionario quedarán borradas las palabras perdón y amnistía. Se les perseguirá como fieras, hasta hacerlos desaparecer a todos», dijo Queipo de Llano en días próximos a todo lo relatado en estos párrafos, el 27 agosto de 1936. Las vidas arrebatadas son irrecuperables, pero reverdecer las luchas y las ideas está en nuestras manos.

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AgitPop

Una guía imprescindible para quienes seguimos empeñados en hacer de la importancia de la memoria democrática una realidad cotidiana.

Reseña de Mauricio Valiente.

La música del azar de este 2025, que me acompaña en el día a día, en casa, en el tren o en la carretera. Cada vez que algo nuevo me gusta, lo añado. Tal vez no encuentres una lista de grandes éxitos, pero no soy yo quien decide: son ellas, las canciones, quienes me eligen a mí.

Cancionero 2025 en Spotify.

«Una vez es un accidente. Dos veces es el azar. ¿Pero tres? Es el destino». Hay películas en las que no importa entenderlas, buscarles un sentido lineal o disruptivo; solo hay que verlas, se disfrutan solo por mirarlas. Siempre hay una estación del año que para en Le Pont du Nord.

Reseña de Serge Doney en Libération.