Escuela de calor.

No te vas de vacaciones porque practicas staycation y, seguramente, consideras el verano como una prolongación supercool del nesting. Tú, y esos amigos tuyos con los que, sujétame el cubata, una noche loca de freeganismo decidísteis apuntaros al coliving y abrazar la sharing economy. Pero a mí no me engañas: lo tuyo es postureo, pura pose trendy; demasiado viejo para ir de treinteenager por la vida. Deberían quitarte la paguita.

Me entero de los tres asesinatos machistas por Twitter, X, o como se llame la cosa. Cuesta encontrarlo en las webs de los medios masivos, debajo de dimisiones ultras, Batet, ERC y Puigdemont, Bahamonte, Perales y el nieto de Sancho Gracia. Son asesinatos de última hora, al menos en publicarse, pero también de último rincón informativo, como si se tratase de una reiteración que, precisamente por tal, ya no levanta interés, ni figura en el ranking de lo más leído. No es un escándalo, y menos en una sociedad que lo confirma con una parte importante de lo que indican las urnas.

Precisamente. No suelo darle bombo específico a absolutamente nada del neofascismo patrio. Ni siquiera me refiero al partido como el que te dije de Cortázar o el innombrable de Harry Potter. Pero hoy saludo la marcha de Espinosa de los Monteros e, incluso, me he leído el tuit -o como se llame ahora- de su amigo Ortega Smith («Mis queridos amigos» -dijo Aristóteles que dijo Sócrates- «la amistad no existe) y hasta sus impagables comentarios y respuestas. Parece ser que el ángel caído de los ultras es del ¡sector liberal! (pues no veas cómo se las gastará el resto) y que va a dedicarse a los negocios (como si hasta ahora se hubiera dedicado a otra cosa). Lo suyo sería fundar un (otro) nuevo partido que contribuyera al fracking del franquismo sociológico.

Hace unos días me guardé una entrevista a David Martínez, consejero delegado de la promotora de pisos Aedas Homes, donde afirmaba que: «No necesitamos una Ley de Vivienda, sino fabricar un millón de viviendas en cinco años». Su billetera debe estar de tourné en agosto, volcando publicidad urbi et orbi, porque he vuelto a encontrármelo en una noticia de Europa Press donde, como buen patrono español, dice que ha contribuido con 5.000 millones de euros a la economía de nuestro país. Me reservé la entrevista de El mundo porque quería hacer alguna reflexión sobre la falta de escrúpulos y la altanería, pero hoy me lo ha puesto mucho más fácil el Instituto Nacional de Estadística, que en su Censo de Población y Vivienda 2021 ha contabilizado en España un total de 3.837.328 viviendas vacías, que son 393.963 más que hace tan solo 10 años. Las preguntas y las respuestas se hacen solas. Señor David Martínez, tiburones como usted y lo que usted representa no tienen remedio; por mucho que hagamos, por mucho que lo intentemos, es imposible.

Alguien mató a Perales y tuvo que salir él a desmentirlo de inmediato. Suárez encargó una encuesta sobre monarquía o república y nadie la ha sacado a la luz en 45 años. El CIS lleva años sin preguntar por ello, pero sí incluye en sus estadísticas que la Casa Real solo es un problema para el 0,2% de la población española. Escribió el periodista L. E. Edwarson que «Una noticia es aquello que alguien no quiere que se publique».

Coordinador de Izquierda Unida Sevilla.