Leyendo ‘La caverna’, de Saramago

«Lo que los dedos siempre han hecho mejor es precisamente revelar lo oculto» (pág. 106).
«Sí, es cierto, por más espesas y negras que estén las nubes sobre nuestras cabezas, el cielo allá arriba estará permanentemente azul, pero la lluvia, el granizo y los rayos les caen siempre a los de abajo» (pág. 140).
«Todos los padres fueron hijos, muchos hijos acaban siendo padres, pero unos se olvidan de lo que fueron, y a los otros no hay nadie que pueda explicarles lo que serán» (pág. 155).

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