El nuevo capitalismo de adolescentes

tiktokers en Coachella es, en verdad, el capitalismo de siempre (no de adolescentes, no generacional), otrosí del postureo en el Maestranza, uy lo que ha dicho. Puestos a retorcer, su versión más chabacana es la #papagorda. Leyendo las noticias me acuerdo de mi camarada Hamid, personaje anónimo en Persépolis, enemigo comunista en su patria, apátrida iraní en Occidente, donde todo lo ajeno se opina al boleón.

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Aún conservo la tarjeta de visita que me dio Hamid en Bruselas, entonces sin Puigdemont, tomada por militares en alerta antiterrorista y funcionarios de ING. Metáfora: en el Parlamento Europeo de Bruselas los wc parecen quirófanos.

En el sobre de azúcar pone «¿Empezamos hoy?», le falta un «por dónde». Lo que sucede con los adolescentes en (y) los macrofestivales de música tiene su prima hermana en el turismo. Réquiem por la joya del Renacimiento danés, si bien la cultura

«ya no es el principal motivo para visitar las ciudades. Ahora mismo el motivo principal es la restauración y la gastronomía. Más pinchos, más cervezas, menos cultura. Los turistas solían ir a los museos. Los visitantes ahora vamos a los restaurantes, los bares, las terrazas y las salas de fiesta».

Manuel Franco: El costo de las ciudades y los barrios turísticos para la salud de sus residentes, en elpais.com.

Me llaman para una encuesta de seis minutos. Preguntan, sobre todo, por la situación de la provincia y de mi municipio, tendiendo a opiniones sobre la Diputación más que sobre el gobierno andaluz (que alguna ha habido). También recuerdo e intención de voto (ahí el lío: Con Andalucía en mi pueblo, Por Andalucía en las autonómicas, Sumar por lo que venga…) y cercanía ideológica (la opción se llama «más bien extrema izquierda» cuando digo «PCE»). Soy generoso en mis valoraciones cero-diez, excepto cuando se trata de vivienda, medio ambiente, atención a personas mayores o desempleo. Ninguna pregunta sobre igualdad, feminismo. Una sobre redes sociales. Meto la cuña con el desierto cultural en Dos Hermanas (ay aquellas camisetas «La Cultura Me Satura»).

En Los Palacios y Villafranca como en casa. Cerramos la primera ronda del triángulo rojo del Bajo Guadalquivir (Las Cabezas, Marismillas, LPyV). Anotamos todo: el trabajo maravilloso que están haciendo en el gobierno municipal, las dificultades, los proyectos de futuro y las reivindicaciones orgánicas (zurrón de IU Sevilla) e institucionales (zurrón de Diputación, Junta de Andalucía, Gobierno de España). Marcamos agenda y objetivos, los pulsos en hora. El coordinador comarcal se llama Castor y es un mákina, y el diputado Fran es de mi pueblo: no digo más.

Y mañana estaré con mi gente de Pedrera en un encuentro con nuestro eurodiputado Manu Pineda. Nunca dejar de compartir, nunca dejar de aprender. Mientras el cuerpo aguante.