para contarte lo que pasa en Gaza. Nadie como él, que vivió allí tres años, para enterrar las mentiras sionistas con la realidad de familias enteras asesinadas a las que Manu pone nombres y apellidos y rostros y vivencias. No conocerás a un/a eurodiputado/a con más capacidad para mostrar la verdad y amontonar las vergüenzas de Europa como se amontonan los cadáveres de niños prematuros en el patio interior del hospital de Al Shifa.
Su manera de contarlo, además, estremece porque toca, nos toca a todos, nos revuelve la conciencia a base de preguntas que solo el futuro podrá responder. Manu Pineda no necesita retórica, ni llevar preparado lo que tiene que decir; le basta con poner en fila su historia y entregar al relato lo que vieron sus ojos y los escombros de aquello que dejó atrás. Lo escuché en noviembre en Sevilla y fue emocionante, pero ayer trascendió, en Pedrera, ante una sala colmada de solidaridad y compromiso.
Alguien que ha vivido y sufrido en tierra palestina no suele temer que te miren mal los políticos burócratas de la corte europea. Cuando aprendes aquello de que la vida no vale nada sueles decir más lo que piensas. En las charlas de Manu también hay espacio para rogar y prevenir errores: no confundir al pueblo judío con los supremacistas, nunca actuar como nazis contra los nazis del gobierno Netanyahu y sus ejércitos y fieles, no olvidar que Irán maltrata a mujeres, comunistas, homosexuales…
En junio serán las elecciones europeas. Confío en que este ferroviario sindicalista siga dando voz a quienes no se rinden y piensan en las adversidades como un tránsito que debemos recorrer, cada cual en el lugar que esté en cada momento, girando la rueda todo lo posible para estrechar, más pronto que tarde, el trayecto hacia lo necesario.