
En un cuadernito donde apunto todas las cosas trascendentales de mi vida, he escrito esta ense帽anza de agosto:
Aprender a mirar desde arriba
No encima: a la orilla
Los expertos dice que es imprescindible desenchufar, pero sigues viviendo en el mundo. La broma pol铆tica es que la gente sonr铆e m谩s por la calle desde que Rivera y Arrimadas fueron engullidos por las vacaciones de agosto (que nadie se conf铆e: igual las han pasado en una war room).
Efectivamente, agosto se va despidiendo. Tan s贸lo ha habido unos d铆as, que se pueden contar con los dedos de una mano, en los que he sentido algo parecido a la desconexi贸n (me di cuenta una ma帽ana en que comprob茅 que hac铆a casi una semana que nadie me hab铆a llamado por tel茅fono), pero lo cierto es que el cuerpo est谩 descansado, las brasas han desaparecido de mi cabeza (y de mi est贸mago) y mis pulmones notan el aire limpio cuando respiro.
No recuerdo haber sufrido s铆ndrome post-vacacional en mi vida laboral (y algunos empleos lo merecieron); he sufrido mucho m谩s cuando he estado en el paro. La sensaci贸n habitual, la de ahora por ejemplo, es m谩s parecida a la de cuando era ni帽o y estaba apunto de empezar el colegio: ganas de volver veteada de melancol铆a estilo 芦canci贸n del fin del verano禄.
Sea como fuere, el lunes vuelvo formalmente a la actividad pol铆tica. A primera hora estar茅 con los trabajadores y trabajadoras de IU para contarnos y darnos abrazos de bienvenida, y luego nos veremos la gente de la direcci贸n de IU Sevilla en Diputaci贸n para desgranar la agenda m谩s inmediata y explicar (trampas que uno hace) la propuesta de plan de trabajo que he venido preparando durante este mes de agosto.
El mundo antiguo no estaba compuesto por hombres y mujeres, sino por hombres-hombres, hombres-mujeres y mujeres-mujeres. Es decir, que un ser humano comprend铆a dos personas de ahora. Y as铆 viv铆an todos satisfechos y felices. Sin embargo, los dioses los partieron a todos con un cuchillo por la mitad. De un corte limpio. Como resultado, el mundo se dividi贸 en hombres y mujeres, y desde entonces los seres humanos van corriendo desesperados de un lado para otro buscando la mitad que les falta.
Haruki Murakami, ‘Kafka en la orilla’
Hoy mi hijo se ha sorprendido al saber que una persona, por muy mayor y por mucho que haya aprendido que sea, no puede acumular toda la sabidur铆a del mundo. Le puse como ejemplo de sabio a Jos茅 Saramago: le habl茅 de su Premio Nobel, de su origen humilde, de Lanzarote, de Pilar del R铆o, y le mostr茅 los libros suyos que tenemos en casa. Mientras le explicaba, y ve铆a su inter茅s y cierto asombro, me daba cuenta de que mi hijo estaba conociendo la existencia de Saramago por primera vez en su vida. No hace falta describir la emoci贸n de momentos con este, seguramente t煤 tambi茅n la habr谩s vivido en m谩s de una ocasi贸n.