Una reflexión muy personal: Antonio Maíllo.

Aquí te dejo un extracto de mi intervención en la presentación de la candidatura encabezada por Antonio Maíllo para la coordinación general de Izquierda Unida, que ha tenido lugar en Arahal.

Con Antonio Maíllo en Arahal

Permitidme que haga una reflexión donde hable más de lo personal y menos de lo político. Esas cosas sobre las que Cristina bromea mucho cuando dice que hablo en color sepia.

Antonio Maíllo y yo somos (como se decía antes) de la misma quinta. Nacimos un mes y un día distintos del mismo año. En cierta ocasión, le regalé por su cumpleaños un libro de un autor que me recomendaron Carlos Sánchez Mato y Javier Navascués. El libro se llama Esperanza sin optimismo y su autor es un marxista cristiano (como nuestra alcaldesa), discípulo de Hobsbawn, que se llama Terry Eagleton. La diferencia entre esperanza y optimismo es que una persona optimista cree que las cosas pueden salir bien, mientras que la persona que tiene esperanza está predispuesta a actuar y a responder con respecto al futuro. La esperanza debe dirigirse a lo posible o, al menos, a lo que creemos que es posible y por eso actuamos en consecuencia, aquello que decía mucho Juan Manuel Sánchez Gordillo de la utopía posible.

Cuando Antonio Maíllo puso de moda el concepto “audacia”, estaba poniendo en práctica esa esperanza como concepto activo. Por eso le viene muy bien ese lema que está utilizando en esta pequeña campaña, lo de “carretera y manta”. También es una persona que pone en práctica ese otro concepto, más bien cristiano, de la virtud. Y Antonio tiene la necesidad de la virtud en este mundo rodeado de villanos. O, recordando al recién fallecido César Luis Menotti: “El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Es lo que debe preguntarse y responderse”. Antonio Maíllo tiene muy claro cuáles son las respuestas a esas preguntas.

Mirad, hay una gran diferencia entre Antonio Maíllo y yo. Yo soy más pausado, reflexivo, “gallego”. Y él es más «rabo de lagartija», y capaz de hacer de la intuición un análisis certero y desarrollarlo, ordenarlo y exponerlo de manera muy clara. Por eso ser profesor es lo mejor que le ha podido pasar a la educación pública, y por eso estar política ha sido y es una buena noticia para Izquierda Unida.

Y también es una persona capaz de emocionar. Personalmente tengo que decir que hay dos personas que me han emocionado en esta organización. Una es Julio Anguita, obviamente. La otra es Antonio Maíllo. Voy a contar algo que no he contado nunca, y es cuando Antonio intervino por primera vez en una coordinadora andaluza tras recuperarse de su enfermedad. Aquí un servidor derramando lágrimas, que nadie vio, porque ya me encargué de que nadie lo viera, porque ya se sabe que «los hombres no lloramos», ¿verdad? Y menos yo, que tengo fama de no mostrar mucho los sentimientos… en fin, esas cosas que se dicen y son mentira…

Y termino. Compañero, a pesar de esto que digo, políticamente no muy correcto, debes tener muy claro que mi apoyo lo tienes porque creo que, en las circunstancias actuales y las queestánpor venir, eres la persona que mejor representa a esta organización. Porque eres la persona que más se parece a esta organización. Porque Izquierda Unida nació de la certeza de que la unidad no garantiza el éxito pero la división sí garantiza el fracaso (¿Qué fue, si no, aquello que dijo el Manifiesto de las Amapolas?). Porque no siempre hemos coincidido en todo, ni falta que hace (faltaría más) porque somos de una cultura dialéctica que no escuece, sino enriquece. Porque creo que este paso que has dado es muy duro, casi siempre ingrato, pero es el paso que necesita esta organización que tiene muy claro para qué juega, para quién juega… y con quién. Y te agradezco mucho tu vuelta a esta tarea y te agradezco ser parte del equipo. Y me pongo a tu disposición, porque sé que no vas a fallar, porque eres un activista de la esperanza.

Coordinador de Izquierda Unida Sevilla.