Queremos Andalucía

Tú, como yo, amamos esa Andalucía alegre, pero no estridente, que huye de los tópicos («la que divierte») y conserva y profundiza en su cultura, su forma de vida y de entenderla. Seguramente, la Andalucía que queremos se parezca a la tierra donde vivimos, pero más libre, más igual, más fraterna. Una tierra donde la juventud mejor preparada de la historia no tenga que emigrar, ni nuestras personas mayores sufran por las tristes circunstancias de sus hijas e hijos; donde una doctora, un enfermero, una científica, un actor o una jornalera puedan trabajar dignamente y dejar aquí todo su saber, su buen hacer, el sudor de su esfuerzo e inteligencia, individual y colectiva. Pocas cosas hay más dignas que ser parte de un pueblo que recoge el mejor fruto por haber sembrado la mejor semilla.

Porque queremos una Andalucía que cuide de sus campos, sus pueblos y sus ciudades, sin más huella que el legado histórico y patrimonial y la mejor memoria humana; somos y queremos ser una sociedad amable, de puertas abiertas, que no discrimina por el pasaporte, que solo pide respeto por nuestros recursos naturales, las aguas que nos bañan y los árboles que nos dan sombra, los humedales y las sierras.

Una tierra feminista, alejada de modas y modismos: radicalmente, integral, de todos los cuidados para todas las personas, como todos los afectos y todos los respetos, donde no haya igualdades que excusar, que justificar, que desconsiderar como parte de ninguna tradición; que erradique la idea misma de violencia, la sociológica, la machista, y también la de los ejércitos: una Andalucía pacífica y pacifista, sin uniformes extranjeros ocupando nuestros suelos, ni volando nuestros cielos, ni recorriendo nuestro mar y nuestro océano.

Esa Andalucía se parece a ti y a mí, pero es millones de personas diversas, y lo que queremos es que todas seamos mismas y diferentes, todas con todos los derechos y ninguna con ningún privilegio sobre las demás. Que podamos disfrutar de lo que produce nuestro entorno, de expandir la literatura, la pintura, el cine, la música, sin tutelas mediáticas sobre gustos y negocios ideados donde los paraísos son fiscales y los beneficios son ajenos. La Andalucía que se solidariza con quienes sufren en sus barrios y sus ciudades, y también con sus hermanas y hermanos de otros pueblos que sufren. Una tierra de clase trabajadora que se siente orgullosa de sus valores, que se reivindica como sujeto colectivo, que no se rinde. Republicana, que decide libremente compartir el camino con la patria común que es la España plurinacional.

La Andalucía que queremos no queda tan lejos como la que nos quisieron imponer los de la charanga y la pandereta, aquellos que hoy, a pesar de todo, siguen cultivando mentes nostálgicas de una gloria falsa, obtusa, rancia. Nada que ver con esa inmensa mayoría que somos Pueblo, futuro, compromiso, respeto.

Unidas podemos conseguir esa Andalucía, hoy y todos los días de lucha que nos quedan, por nuestro precedente y para nuestra descendencia.

Viva Andalucía Libre, siempre. Feliz 28F.

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