En el 87º Aniversario de la Columna Minera de Riotinto + Diez propuestas para la Memoria del Porvenir.

Para mí ha sido un privilegio haber participado en la celebración del 87º Aniversario de la Columna Minera de Riotinto que, como cada año, tiene lugar en la Rotonda de los Mineros de la Pañoleta (Camas). Una participación que agradezco profundamente a sus organizadoras: la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática y la Coordinadora de la Cuenca Minera de Riotinto por la Memoria Democrática. Aquí te dejo mi breve intervención en el acto.

Ayer participé en el Homenaje a los Mártires de la Libertad que se celebra cada 18 de julio en Dos Hermanas. Un homenaje que lleva décadas celebrándose, incluso durante la clandestinidad, cuando, a escondidas, se depositaban claveles rojos en la fosa común del cementerio donde yacen los restos de un centenar de anarquistas, socialistas y comunistas asesinados en el verano del 36.

Como el de Dos Hermanas, como este de hoy, como muchos otros que se celebran en estas fechas o en otras, reivindicar la lucha de tantas mujeres y hombres que dejaron su vida en defensa de la legalidad republicana, con todo lo que supone y ha supuesto, en estos 45 años, ha servido para que, casi un siglo después, esa lucha no caiga en el olvido.

En la historia de la Humanidad, la mayoría humilde lleva siglos luchando por mejorar sus (nuestras) condiciones de vida, frente a una minoría pudiente que se ha desvivido por mantener o incrementar sus privilegios. Es lo que las personas marxistas definimos como lucha de clases. Como habitualmente nos recordaba Josep Fontana, la mayoría de esas luchas fueron organizadas y realizadas por seres anónimos para los anales de la historia, casi siempre escrita por los vencedores. Y es obligación de la izquierda política rendirles homenaje por sus logros y dedicación, mientras la derecha rinde pleitesía a sus reyes y tribunos.

Actos de recuerdo y reivindicación como estos tienen múltiples sentidos y enseñanzas. En primer lugar, hace justicia al recomponer un relato histórico que nunca debió ser deconstruido. En segundo término, ofrece a sus seres queridos, a su entorno social y a quienes defendemos la democracia y los derechos humanos, el calor, el respeto y la admiración colectiva que no recibieron cuando fueron asesinados.

Y también, en un sentido trascendente, proyecta y pone en valor, para quienes recogemos el testigo de sus luchas, conocidas o borradas, eso que tan bien cuenta el pensador marxista y cristiano Terry Eagleton: «Lo que incita a hombres y mujeres a la rebelión no es el sueño de la liberación de sus nietos sino el recuerdo de sus antepasados oprimidos. Estamos aquí para agitar en nombre de los que ya no pueden hacerlo: los muertos».

Y agitando en su nombre, pensando en vosotras, en vosotros, y, permitidmelo, haciendo porvenir de la memoria, os digo:

No van a derogar las leyes de memoria democrática porque no van a gobernar.
No van a apuntalar ningún negacionismo histórico porque las urnas no le van a otorgar esa oportunidad.
No van a manchar el BOE con conceptos distorsionados (reconciliación, concordia) para promover la ignorancia y pisotear los derechos humanos.

No lo harán, porque el próximo domingo vencerán la Verdad, la Justicia y la Reparación. Porque la memoria no es solo recuerdo y homenaje: es, sobre todo, futuro y garantía de no repetición. Se lo debemos a los represaliados de la Columna Minera y a sus familiares (también víctimas), se lo debemos a todas las personas que nunca han renunciado ni renuncian, se lo debemos a nuestras hijas e hijos.

Aparte de mi intervención, te dejo estas otras notas:

Hoy en día, con una Ley de Memoria Democrática recientemente aprobada, es muy importante que la Administración pública garantice su desarrollo, algo que solo será posible si a partir del próximo 23 de julio tenemos un gobierno de coalición progresista. Ese desarrollo (reglamentario) tiene que garantizar, por ejemplo, la consecución de estos diez objetivos:

  1. Reformar de la Ley de Secretos Oficiales que permita el libre acceso y consulta de los archivos públicos y privados relacionados con la Memoria.
  2. Poner en marcha un Inventario de edificaciones y obras realizados por las víctimas que sufrieron trabajos forzados.
  3. Realizar una auditoría sobre los bienes y derechos incautados durante la dictadura.
  4. Revisar y revocar todas las condecoraciones, medallas y recompensas concedidas a personas que formaron parte del aparato represor de la dictadura.
  5. Elaborar un inventario de lugares de memoria, con una seleción de aquellos que sean emblemáticos para su desarrollo como centros de interpretación.
  6. Esclarecer de las violaciones de los derechos humanos durante la guerra y la dictadura, así como el estudio de las vulneraciones de los derechos humanos durante la Transición.
  7. Lograr la presencia institucional en todos los actos de reparación que se realicen, con la idea de escuchar y apoyar a las víctimas.
  8. Reconocer y reparar la represión sufrida por las mujeres durante el franquismo y reivindicar social e institucionalmente el papel cumplido por las mujeres y el movimiento feminista en la lucha por las libertades y la democracia.
  9. Impulsar la formación en memoria democrática, en todos los niveles del sistema educativo, con divulgación, investigación y formación sobre la represión, la dictadura franquista y la memoria democrática.
  10. Aprobar una ley de «bebés robados» que garantice verdad, justicia y reparación para todas las víctimas y familias. Solo entre 1944 y 1954 fueron apartados de sus madres un total de 30.960 niños y niñas. Debemos reconocer públicamente el impacto que este tipo de violencia ha tenido específicamente en las mujeres durante décadas.
Coordinador de Izquierda Unida Sevilla.