El piano gris

El padre de la danesa Agnes Obel tuvo que vender su colección de instrumentos musicales para que la familia pudiera comer. De entre ellos, había un piano gris que su hija, años más tarde, intentó encontrar sin éxito; en cambio, heredó uno de los bienes inmateriales más valiosos del ser humano: el amor por la música.

Gracias a ese don paterno recibido, Agnes Obel modula pianos, bajos y voces para componer introspectivas en forma de pop de cámara. La historia y una crítica en condiciones a su nueva colección de canciones, titulada Mytopia, la leí aquí. Es el disco que más estoy escuchando en estos días de sol de invierno y carnavales.