de trazados en mi particular mapa de geografía humana indica que recorrí 2.351 kilómetros en febrero, la mitad en transporte público y el resto esparciendo residuos de combustibles fósiles en segundo plano, cual agüita amarilla de Pablo Carbonell. Me hace sentir bola de Dragón Z en busca del Planeta B, con mi pequeño Nissan in the mood of Falcon, la regla que confirma la excepción del 2% de trayectos a pie, un equivalente al ida y vuelta de casa a Sevilla. Ojalá los idus de marzo me sean propicios para condonar semejante huella ecológica.
Let me show you the world in my eyes.
Deshice las maletas de mi viaje a la ciudad de la Regenta y el clérigo Fermín de Pas para echar el domingo en las entrañas de la Plaza de la Encarnación (Fran me envía fotos de la catedral de Oviedo y snif snif…). Asamblea de Sumar en Sevilla: que las alas arraiguen y las raíces vuelen, demostrado queda que Biosfera 2 no es una opción política.