Las noticias abochornan a las preocupaciones ciudadanas expresadas en el CIS, los designios del cambio climático y la colección de hipérboles del diccionario. La caverna mediática titula «Amnistía o libertad»: más apropiación indebida imposible, más oximoron no puede ser, más razón tenía Lenin en su «Libertad para qué». La alternativa al antifascismo es la hora más oscura de Europa, una democracia taparrabos del neofascismo mainstream.
No me caben los hitos en la agenda (sobre el papel, Silvia dice que mi letra es relajante, jaja). Asambleas en Cantillana y San Juan de Aznalfarache, además de varios encuentros, actos y movilizaciones en Sevilla y Dos Hermanas. Las horas de la tarde del lunes me atropellan y no puedo acudir a la manifestación de apoyo a Palestina; me da apuro porque no se debe bajar la guardia… veo el cartel de la convocatoria y, maldita sea, qué amarga sensación de impotencia.
¿No te pasa que vas por la calle, en el metro o en un momento tonto del día, pensando en tus cosas y, en algún pliegue de tu cerebro, suena una cancioncilla en segundo plano? Yo llevo días con este estribillo de Christina Rosenvinge y María Arnal: «Y del cielo caerán pétalos de rosa / Y del cielo caerán pétalos y arroz». Con Carlos Aristu retomo el café pendiente desde el año pasado, ponemos los pulsos en hora aprovechando una convocatoria sobre la situación del Hospital del Aljarafe.