Que lo sepa Cary Grant

Compro El país los sábados sólo por su suplemento Babelia. El resto lo leo con la nariz tapada, igual que me pasa con los noticieros y tertulias de RNE, que me impongo escuchar por ser la radio pública. La historia de El país es la del PSOE desde Suresnes, y viceversa, igual que la historia de RNE es la del gobierno de turno, desde Franco.

Somos herejes

Dicen que El hereje es una elegía sobre la tolerancia. Mirar el siglo XVI con ojos del siglo XX te obliga a imaginarte en el pellejo de aquel Cipriano que se jugó la vida por defender sus ideas, que vivió las contradicciones del amor entre la pasión y las convenciones de la época, que conoció la pobreza en primer grado y desde su posición de hidalgo burgués. Te obliga a comparar aquella Inquisición que, bajo ciertos puntos de vista, sigue aleteando sus santos oficios hacia el presente simple. Incluso, en pleno tiempo de las redes sociales, te obliga a actualizar la idea de Lutero como «hijo de la imprenta (…), primer hereje que disponía de un medio de comunicación tan eficaz, tan poderoso, tan rápido».

Te obliga, en definitiva, a echarle una pensada a un pasado tan de actualidad en un país donde la “la adicción a la lectura ha llegado a ser tan sospechosa que el analfabetismo se hace deseable y honroso”.

Elefante o cornaca

Hago un repaso a la galería de mi móvil y me pregunto si soy el elefante de Saramago o su cornaca. En la novela, miles de millas de un viaje donde el paquidermo es la excusa argumental para mostrar la naturaleza humana. En mi caso, cuarenta pueblos visitados (asambleas, actos públicos, reuniones con alcaldes/as…), muchos de ellos más de una vez (y dos), pero muchos más pendientes, donde trazar el mapa de la provincia de Sevilla requiere, por suerte, ver a mucha militancia, mucha gente que no sale en las noticias, pero que cada día hacen su trabajo político y social, la mayoría de las veces sin remuneración, a base de pulso y ganas… y casi nunca reconocido. Ni siquiera el esfuerzo de estar todos los días en ruta es suficiente.

Envoltorios

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Hace casi nueve años exactos conocí la obra de Gilbert & George en la Tate de Londres. Fotomontajes de colores llamativos en tamaños inaccesibles para las paredes de nuestras VPO.

La aparente frivolidad de la propuesta estética de este dúo dinámico contrasta con algunas de sus opiniones (algo parecido sucede con otra pareja británica, celebrities del mundo de la música: Pet Shop Boys). La última que les he leído está en el libro de entrevistas Cómo piensan los artistas, de Fietta Jarque.

Viaje a ninguna parte

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El dinero lo es todo cuando no lo tienes, pero, cuando lo tienes, vuelve más evidente lo que te falta.

Al poco de morir Rafael Chirbes, la escritora Marta Sanz le dedicó un precioso artículo en donde afirmaba de él que «encarna una figura aparentemente imposible: la del escritor marxista que a la vez es un escritor comprometido con la belleza y la violencia de cada palabra. El impulso de su literatura no es solo ético, sino también estético. No es solo ético, sino también político».

Diálogo de fugitivos

«Nosotros no necesitamos el apetito, tenemos el hambre». Ayer cerré un libro en la piscina municipal (‘El alma del hombre bajo el socialismo’, de Oscar Wilde) y hoy he abierto ‘Diálogo de fugitivos’, de Bertolt Brecht. La edición que tienen en la biblioteca es de 1973, es decir, una joya de bolsillo publicada en plena agonía del régimen.