Agosto 2
Agosto 1
La coherencia solo se busca cuando algo falla
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Hoy me he vestido de domingo, la ropa de siempre bien planchada para celebrarme. Ha debido intuirlo el perro de la calle San Alberto, no ha ladrado a mi paso por delante de su puerta. Que me respete la salud: dinero no tengo y amor siento a raudales, aunque lo esconda mi timidez. El dolor de no recibir felicitaciones de Carlos por primera vez, la complicidad de volver a recibir el ‘Ánimo valiente’, los mensajes de personas en las redes sociales, esa sensación de que alguien se acuerda de ti en algún momento del día y te dedica unas palabras en un mundo donde los gestos amables son un privilegio. Que la felicidad es la felicidad de la gente a la que quieres. Que todo lo vivido sea útil para lo que me queda por vivir, que me haga mejor. Gracias.
Drown in an ocean of atmospheric soundscapes
La frase más titulada del día pertenece al Negro Fontanarrosa: Nunca me importó qué hiciste con tu vida, gracias por lo que hiciste con la mía. Aire de tango. Como no soy futbolero, mi dios nació en Turingia, queda más snob y evita las contradicciones de la trascendencia humana. Lo único que recuerdo del Maradona sevillista es el chalé de La Motilla y la multa que le endosaron por sobrevolar La Palmera a tropecientos/hora.