para viajar en transporte público con Pony Bravo y Sr. Chinarro en los auriculares, caminar hasta mis puntos de encuentro y compartir con el cervantino Luis Mateo Díez la pinta de Drácula con chaqué. En Mairena del Aljarafe doy gracias a historiadores como José María García Márquez y activistas como el maestro Juan Morillo, que siempre tiene un rinconcito en su memoria para mantener la rueda girando.
Todo está vivido alguna vez, solo hay que actualizar el reloj, la piedra pequeña y ligera de León Felipe o las piedras palestinas que golpeaban los cascos sionistas antes del genocidio.