Un regalo visual y sonoro de mi amiga invisible

Mi amiga invisible de este año se llama Sigrid Kowollik y su regalo ha sido (además de una maravillosa botella de buen vino) un libro de fotografías de Fidel Castro, en modo biografía ilustrada, «desde la conquista de Cuba hasta la Guerra Fría y el inicio del nuevo milenio: como guerrillero, político, deportista, pero también como persona». La obra, editada en Alemania, incluye 4 CD con «música tradicional cubana». Esto último llamó mi atención, sobre todo al buscar en Spotify las primeras canciones del primer disco y comprobar que se trataba de grabaciones en directo.

Gopegui, von Trier, Thompson, Triana, Ocaña, Nazario

Abro el libro. Tras la dedicatoria, la Primera Parte (1) empieza así: «Las voces narradoras, según se ha confirmado, atraviesan muros, leen los pensamientos, recuerdan al pie de la letra las conversaciones, describen escenarios, muebles, la ruta evanescente de la luz entre las hojas de los árboles. Poseen, además, el don de la recolección». Y caigo en la trampa.

La distancia adecuada

Un doodle de cumpleaños para el poeta Nicanor Parra y Lenin en el honoris causa de Marcelino Camacho. Un discurso actualizado de 1987 sin el papa Wojtyla y el primer periódico revolucionario de Mánchester.

I never gonna give you up!

Vázquez Montalbán en modo 'maldita hemeroteca' con el ABC. Primeras citas políticas en mi agenda de la semana próxima. Geometría Variable y una gran canción de Johnny Marr. Engels antes de Marx y sobre Afganistán: Never gonna give you up!

Huellas sonoras

Un susurro puede ser
Mi manera de gritar

Durante esta semana de suave despegue bajo la canícula he estado leyendo, durante los desayunos, artículos de Le Monde Diplomatique que tenía atrasados y la última edición de Mundo Obrero. Además, y normalmente a la hora de la siesta, he disfrutado de ‘La senda de las nubes: Historias de la antigua sabiduría china’, de Catherine François, que he terminado hoy.

Campanas (también la de Gauss)

Never let me down again

A veces, algunos taxistas se pelean a grito pelado en la parada del Arenal, más o menos a medianoche, cuando cualquier sonido en la plaza atraviesa la campana de Gauss y solo el paso del tren de mercancías es capaz de anular las voces y los ecos. Sin duda, un sector tan perjudicado por los VTC, la reconversión permanente y la crisis sanitaria está viviendo malos momentos y el estrés se sentará al volante en más ocasiones de las precisas. Te despiertan si duermes, pero los insomnios son suyos.