Comentaba con Paqui López que este titular me recordaba, en su primera parte, al inicio de la obra de Saramago ‘Las intermitencias de la muerte’, que miraba hacia adelante: «Al día siguiente no murió nadie». Es una buena noticia, de la que debemos alegrarnos sin distinciones. Ojalá perdure la racha, crucemos los dedos.
Publicada encrónicas marxianas