«Somos un atleta: para coger impulso hay que dar un paso atrás».

Diálogo antifa en Made in U.S.A., la película que Godard estrenó el año que nací y vi, según mi diario, hace justo 365 días: Él «No deberías tener miedo. El fascismo no pasará». Ella (Anna Karina) «Precisamente el fascismo tiene que pasar y pasará, como los barcos de vela, las minifaldas y el rock and roll. Tenemos años de lucha por delante. A menudo en nuestro interior». (Mientras veía la película, una taza de té con un mensaje en la etiqueta de papel que decía: «Lo único constante es el cambio»).

En la presentación de nuestra candidatura en Los Palacios y Villafranca.

Había ganas de volver y la vuelta ha recompensado con creces. En mi análisis de precampaña, tras una quincena de actos con muy buenas vibraciones, me faltaba la última vara de medir: la del municipio más grande de Andalucía donde gobernamos con mayoría absoluta. A escasas horas de comenzar la campaña electoral, no puedo menos que mantener la prudencia ante tantos signos que miran al próximo 28 de mayo con una especie de optimismo de la razón.

Por unas carreteras dignas para los pueblos de colonización agrícola del Bajo Guadalquivir.

Esa Andalucía moderna que nos vende Moreno Bonilla tiene parches intransitables en las carreteras que unen los poblados del Bajo Guadalquivir. En una de esas vías, tan necesarias para la seguridad y para el desarrollo agrícola de las gentes de Los Palacios, Marismillas, Las Cabeza y Lebrija, no hace mucho que una mujer y su hijo acabaron cayendo con el coche a un canal y apunto estuvo la desgracia de convertirse en tragedia irreparable. Y la Diputación, que cada año amontona beneficios presupuestarios a espuertas, lleva más de una década aprobando mociones instando a solucionar el problema y… una vez votadas, a dormir en cajones con etiquetas de la Sevilla vaciada.