Basta un cretino

para ponerte los pelos de punta. Lo cantan The New Raemon & McEnroe en Montañas. El algoritmo conduce la música más apropiada contra el acuaplaning. El agua de la mañana no cesa y aplasta cualquier esbozo enmarañado; llueve hasta dentro del aparcamiento subterráneo. La asamblea memorialista de Gavidia se muda por unas horas a la antigua cárcel de La Ranilla, es gente inasequible al desaliento, cubren las rejas con pancartas y banderas tricolor, colocan su simbólica Pico Reja sobre el acerado y hacen sonar Para la Libertad.

Gavidia en La Ranilla

2023: Cultura del azar.

Si tuviera que elegir banda sonora original para (no necesariamente pensar en the very best of…, solo) recordar 2023, tendría en mente un poco de cada: clásicos de ayer en hoy (Belle and Sebastian, Iggy Pop, Everything But The Girl, Christina Rosenvinge, Jay Jay Johanson, Blur, PJ Harvey), lo nuevo clásico (sic: Rone, Nation of Language, Tulsa), los descubrimientos (Yaeji, Avalon Emerson, Jessie Ware) y temas que no olvidaré: la nostálgica Les cents prochaines années (Albin de la Simone), la tejedora Recovered Files (Neuman), el romanticismo de Fiestas del Patrón (Eddi Circa), las preciosas Loading (James Blake), The Sea (Romy), Sirens (Devendra Banhart), el hombro del camarada de La Guerra ha Terminado (Dani Llamas, The New Raemon) y el descaro de Todos menos tú (Parquesvr, I-Ace). Todo este conglomerado de músicas del azar (no las he elegido yo: me han elegido ellas a mí) tal vez tengan una cumbre, digamos, si tuviera que escoger la más representativa (¿por qué una?): la maravillosa colección de canciones del disco de Caroline Polachek Desire, I Want To Turn Into You (título y frase con la que explota Welcome To My Island).

Miedo rabia tristeza alegría.

En la plaza de mi pueblo, como en las plazas de la mayoría de los pueblos, había un casino donde cada noche gorroneaban el cura, el terrateniente, el jefe de la comandancia de la guardia civil, el juez de paz y el alcalde franquista. El cine patrio de los 80 reflejó muy bien aquella España, lo mismo que la España de hoy se parece más a la catalana Rosalía cantando por bulerías en Fibes (o, frivolidad mediante, a Piqué entre el público viendo cómo premian a Shakira), y mucho menos al espectáculo hiperbólico que dieron las derechas dentro y fuera del Congreso.

Retales de la semana

Las 19,50 h. en Tokio, según Jazz Sakura Radio, que acompaña con sonidos suaves, de madrugada. Mi jornada laboral de domingo a viernes en confinamiento tiene un deje de maratón para amateurs, puedes parar para ir a la cocina, rallar zanahoria con manzana, pero mirando de reojo las horas fijadas para la cita por videoconferencia, las novedades de los pueblos para IU Sevilla Info, las noticias que llegan por las alertas de Google, las publicaciones de las redes sociales, las materias grises oficiales…