Sweet heart like You

En las confiterias de Elche no saben qué es una palmera de chocolate. Me lo contó Fran García, que una vez pidió una en la ciudad con más arecáceas por metro cuadrado de la península... pero sin su referente en repostería. Me he acordado de esa anécdota al ver esa enorme palmera en una pastelería de Ronda. Cuando he subido la foto a Instagram, no he podido evitar titularla como una canción del último Nobel de Literatura.  Este post no es una frivolidad, por cierto. Fran y yo (y más gente) sabemos por qué.

Lo mejor está por venir 

Nunca perdamos nuestra capacidad de asombro. Esta mañana me echaba las manos a la cabeza cuando Alejandro -trabajador de la Clínica Santa Isabel despedido por ejercer su derecho a la libertad sindical– me contaba su periplo desde el 25 de julio hasta ahora, la actitud de la empresa -qué duro se me hace mencionar esa palabra cuando hablo de salud- y las relaciones laborales que existen en la sanidad privada (que, como concertada con la pública, también se mantienen con nuestros impuestos).

Y qué duro se me hizo estar en la concentración y ver cómo entraba el gerente de la clínica, traje y zapatos castellanos, y cómo salía y tomaba un taxi con la arrogancia de quien sonríe mientras pisa una colilla. Un puesto de trabajo hoy es igual que una silla esperando ser ocupada al lado de un contenedor de basura.