Apuntemos en nuestra memoria el momento en que el pueblo de Arahal deja de tener a la primera alcaldesa de su historia, Ana Mª Barrios, y empieza a ser gobernado por su primer alcalde tránsfuga, Francisco Brenes. Es miércoles, 22 de mayo de 2024, a poco más de las 12 del mediodía. Se acaba el pleno municipal de la vergüenza, legalmente denominado de moción de censura, y el nuevo alcalde, desterrado de su partido (PSOE) por alta traición, comparte la vara de mando con Alberto Sanromán (PP), un mercenario político que imita a Milei en las redes sociales. De no ser por la foto final de ambos “señoros” agarrando el símbolo del poder local, cualquiera persona ajena a la ceremonia pensaría que había asistido a un juicio donde los vencedores habían sido condenados.
No he conocido persona con tanta capacidad para naturalizar la entereza y las emociones como Ana Barrios. Desde la llamada telefónica en que me comunicó que se había registrado la moción de censura hasta el instante en que nos dijimos “hablamos mañana” en la Corredera, su actitud no solo ha sido ejemplar, es que merece ser escrita como manual de estilo político para situaciones excepcionales. Personalmente lo he vivido a diario, pero Ana lo ha mostrado a todo el mundo que haya querido verla y escucharla en el salón de plenos del Ayuntamiento: su manera de estar, de mirar, de sonreír, de atender a las intervenciones de sus oponentes políticos y, sobre todo, en las palabras de su último discurso como alcaldesa (por ahora).
Tal vez el nuevo alcalde tránsfuga esperaba que Ana le recordase que mientras el presidente Pedro Sánchez se tomaba 5 días de reflexión por culpa del acoso del PP y sus socios mediáticos, económicos y judiciales, sus (ya ex) compañeros de partido en Arahal se estaban compinchando con esa misma derecha del fango, las fake news y el lawfare. Tal vez el portavoz de la derecha rancia esperase un rapapolvo por ostentar el dudoso honor de ser el primero en poner a un alcalde tránsfuga en la provincia de Sevilla, o de pisotear la tan cacareada propuesta de Feijóo sobre dejar gobernar al partido más votado… pero no: ambos se equivocaron, y Ana Barrios hizo un relato amable (pero firme) y sencillo (pero minucioso) sobre aquello que aplicó Menotti al fútbol sin trampas: “El jugador de fútbol debe entender esto, que es básico para su vida: para qué juega y para quién juega. Es lo que debe preguntarse y responderse”. Preguntas y respuestas que, en política, juegan en contra de quienes especulan con las necesidades del pueblo y desarman a quienes están en esto para patrocinar sus intereses personales, utilizando a sus partidos como lanzaderas de proyectos espurios y egocéntricos.
Como coordinador de IU Sevilla, conozco bien la implantación de mi organización en la provincia. Y en Arahal, mi organización me ha dado un motivo más para sentirme orgulloso de ella, de la integridad y el compromiso de sus militantes y cargos públicos. Ana Barrios, las concejalas y los concejales de su grupo municipal, los compañeros y las compañeras de su asamblea local, son un patrimonio humano que ninguna moción de censura puede arrebatarnos. Son la línea roja que separa la dignidad, la transparencia y el deber cumplido, del transfuguismo, la marrullería y la mercantilización de lo que es de todas y todos.
Y también, la lección de solidaridad de alcaldesas, alcaldes, concejales, concejalas y militantes de IU en todos los municipios de la provincia: ejemplar, emocionante, merecedora de la mejor historia de la izquierda. La de veces que Ana Barrios me ha dicho sentirse abrumada por las muestras de apoyo y cariño de su gente, de sus vecinos y vecinas, tantas como de la organización a la que pertenece, desde Antonio Maíllo hasta la más reciente militante de base. Esa lección arrebatadora me la guardo, nos la guardamos, para tener claro cuál es el camino correcto que nos queda por andar. Y ella sabe, como sabemos todas en Izquierda Unida, que la moción de censura no es más que un accidente doloso provocado por quienes no merecen representar a su pueblo, que es cuestión de tiempo que la democracia vuelva a poner a cada cual en su sitio en Arahal. Que el reloj de la cuenta atrás ya se ha puesto en marcha para los mercenarios y los tránsfugas.
Por todo eso, querida Ana, seguimos luchando, hasta la victoria siempre.