Me desperté de madrugada con la siguiente frase de la punta de la lengua del último sueño: «urge transmisión comunitaria de empatía». No volví a dormirme, así que la frase, entre remedo de ‘Rayuela’ y pintada en un muro (a veces se cruzan ambos caminos literarios, y entonces), me ha ido volviendo a lo largo del día desde que salí de casa, en el atasco por un control de drogas de la guardia civil poco antes de Carmona y, sobre todo, durante las cuatro horas que he pasado en La Luisiana, en una de esas mañanas en que das gracias a quien corresponda por estar donde estás.
Las cuatro horas de jornada matinal que he echado con Laura Gómez, nuestra concejala todoterreno en el gobierno del pueblo donde nací hace cincuentra y tres años y tres cuartos, han supuesto un verdadero máster acelerado de cómo anda la educación y la sanidad en el municipio, tal y como vengo/venimos haciendo en IU Sevilla desde que empezó el mes de septiembre; pero también, sobre el terreno, el estado del patrimonio histórico y los proyectos pendientes a corto y medio plazo, con visita a los baños romanos, a una nave rehabilitada (antiguo matadero) perfecta para poner en marcha un Grado Medio de Obras de Interior, Decoración y Rehabilitación en el IES Pablo de Olavide, justo al lado de un precioso edificio para escuelas taller. Y, al final de la mañana, una visita al colegio Antonio Machado, donde hemos realizado un recorrido completo por las medidas implantadas a pulmón con recursos propios del centro, de la AMPA y del propio Ayuntamiento, mientras que la Junta se ha limitado a proporcionar tres cajitas con mascarillas y gel hidroalcohólico.
Con todo el material recopilado de las conversaciones en el ayuntamiento y en los lugares visitados (me ha faltado el instituto), tengo el disco duro con información suficiente para hacer una tabla reivindicativa de necesidades inmediatas, pero también con recorrido en el tiempo. Y también, volviendo al principio, la evidencia de la empatía de Laura y de las personas que me han acompañado durante el recorrido. Gracias, enhorabuena por el trabajo y mucha, mucha suerte para todas ellas.
PD: Lo único que lamento de esta mañana es no haber podido acompañar a quienes han asistido al desahucio previsto en Dos Hermanas, que finalmente se ha postergado un mes por parte del juzgado.