Hasta siempre, Julio

Me llevo de ti un puñadito de recuerdos, anécdotas y conversaciones, no muchas, pero imborrables. Me quedo con tus libros, tus ideas y tu compromiso. Sobre todo, guardo tu ejemplo, lo imprescindible, lo que vive y permanece. Corazón tan rojo. Hasta siempre, camarada.

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