Este martes nos hemos reunido en el Ayuntamiento de Las Cabezas con los tres alcaldes de la comarca (Juanma Valle, de Los Palacios; Castor Mejías, de Marismillas; y el anfitrión, Pepe Solano), portavoces de nuestros grupos municipales en El Cuervo y Lebrija, además de nuestra diputada María Izquierdo, los diputados Fran Gª Parejo y José Antonio Mesa, las compañeras Carmen Romero (responsable de comunicación de IU Sevilla), Yolanda Martínez (también concejala en Marismillas) y la parlamentaria y portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto. Objetivo: Denunciar la falta de apoyo de la Junta de Andalucía a las miles de familias que malviven de la agricultura de protección en el Bajo Guadalquivir, que no solo vienen padeciendo la sequía sino que, tanto en mayo como en octubre del 2023, sufrieron destrozos en sus invernaderos por las tormentas de granizo y por el ciclón Bernard, respectivamente.
Antes de las elecciones municipales, tras un temporal de granizo que arrasó cultivos e infraestructuras agrícolas, la Junta prometió ayudas.
Nunca llegaron.
A dos meses del temporal Bernard, miles de familias del Bajo Guadalquivir siguen abandonadas por el gobierno andaluz. https://t.co/lRYkf2Esx0— Manolo Lay? (@manololay) January 9, 2024
Te cuento con más detalle. La superficie agrícola protegida en el Bajo Guadalquivir supone el 95% de las más de 300 hectáreas de invernaderos de la provincia de Sevilla. El Consejo de gobierno de la Junta de Andalucía del pasado día 27 de diciembre aprobó la concesión de ayudas a las 270 hectáreas de explotaciones agrícolas de flor cortada afectadas por la tormenta Bernard en los municipios de Chipiona, Sanlúcar de Barrameda y Rota, olvidándose de los destrozos ocasionados por esa misma tormenta en los invernaderos de El Cuervo, Lebrija, Las Cabezas, Marismillas, Los Palacios y Utrera, donde las rachas de viento superaron los 100 kms/hora. Es decir, que el gobierno andaluz «olvida» la concesión de ayudas para el mismo fin a las explotaciones de floricultura en los municipios de nuestra comarca en la provincia de Sevilla, también afectadas por esta tormenta.
Pero es que, además, no solo estamos hablando de más de 200 explotaciones familiares que viven de la flor cortada en esta comarca. Evidentemente, los destrozos provocados por la tormenta Bernard afectaron a todos los cultivos protegidos. De hecho, el producto más cultivado bajo invernadero es el tomate, pero además se trabajan otros como calabacín, pimiento, sandía o pepino, que también vieron desmanteladas sus instalaciones en las terribles granizadas de mayo. Por aquel entonces, a dos semanas de las elecciones municipales (dato importante), la delegada provincial de Agricultura del gobierno de Moreno Bonilla fue personalmente a Los Palacios para anunciar que su gobierno ayudaría a los damnificados, pero pasaron las elecciones y la única ayuda que recibieron los agricultores llegaron de las arcas municipales del ayuntamiento.
Por tanto, lo que exigimos a la Junta de Andalucía es que cumpla lo prometido en mayo y que las (más que merecidas, evidentemente) ayudas que se aprobaron para los municipios gaditanos se amplíen a los pueblos del Bajo Guadalquivir de Sevilla. En definitiva, que se proteja nuestra agricultura social y profesional, las miles de familias que mantienen en nuestras tierras las explotaciones más vulnerables para garantizar productos de calidad, con capacidad para sostener la alimentación de nuestra población en un contexto de crisis climática, problemas de suministro, competencia desleal de multinacionales y fondos de inversión, de riesgo de abandono de las tierras, etc.
