La simbología cotidiana importa. Me miro al espejo sin gafas, con un jersey de cuello vuelto gris oscuro, y el individuo que (mal)veo se da un aire a José Sacristán. Empiezo 2025 escuchando la Séptima de Beethoven, que expresa alegría y ganas de vivir, a pesar de la decepción que sintió al conocer a Goethe de camino a Karlovy Vary, donde escribió su misteriosa carta a la «amada inmortal», donde «un algodón en sus oídos detenía los silbidos cuando tocaba el piano».

Arroz en caldo de puchero, vino de Kandinsky y retales de la última cena del año pasado, comme d’habitude, que toda la vida ya está enmarcada según Maud Lewis: su biopic es mi primera película del año. Y un homenaje a mi infancia con el adiós de Sotil, aquella estampita inolvidable de antes de la camiseta de Cruyff que me regaló mi padre cuando acabé la EGB.

AgitPop

Una guía imprescindible para quienes seguimos empeñados en hacer de la importancia de la memoria democrática una realidad cotidiana.

Reseña de Mauricio Valiente.

La música del azar de este 2025, que me acompaña en el día a día, en casa, en el tren o en la carretera. Cada vez que algo nuevo me gusta, lo añado. Tal vez no encuentres una lista de grandes éxitos, pero no soy yo quien decide: son ellas, las canciones, quienes me eligen a mí.

Cancionero 2025 en Spotify.

No he visto Oppenheimer y creo que tampoco Interstellar, pero me ha gustado bastante el debut en guión y dirección (1998) de Christopher Nolan, titulado Following, «rodado en blanco y negro y en 16 mm, durante los fines de semana y con un presupuesto de 6.000 libras», según Filmin.

Reseña en Wikipedia.