11M

Casualidades de la vida. Tal día como hoy, en 2004, me enteré de los atentados de Atocha mientras desayunaba a 200 metros desde donde escribo ahora, en un bar de la calle Japón, en Sevilla Este. Entonces trabajaba en la empresa constructora donde estuve hasta 2012, y al enterarme llamé a mi jefa, Marta, que se encontraba en Madrid (ni siquiera sabía bien qué había pasado cuando hablé con ella).

Casualidades de la vida, también, la obra en la que trabajaba entonces es la del edificio en el que me encuentro ahora, escribiendo este post, donde se encuentra la sede de IU provincial y andaluza. Teníamos la oficina fuera de aquí porque esta zona, hoy residencial e integrada, era un queso gruyere lleno de excavadoras, calles sin trazar, camiones y hormigoneras, grúas como hachas silbando en el aire… El paso del tiempo va hilvanando recuerdos, a veces no te acuerdas de lo que almorzaste ayer, a veces pasan doce años y te ves desayunando y recordando hasta las palabras que dijiste en una conversación telefónica de apenas un minuto. Aquél 11M se habló del adiós a mucha gente; éste de hoy, del regreso de una persona querida:

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