Quién te iba a decir que una calle de tu pueblo llevaría tu nombre. Que ibas a estar, esquina con esquina, junto a Isidoro Junguito, mi vecino de abajo (que murió después que tú), al que también conociste de su etapa de concejal independiente de derechas, y luego de asesor municipal.
Quién te iba a decir que tu nombre estaría en una calle cercana a otra de nombre Santiago Carrillo. La de bromas y tertulias que daría la cosa, por no hablar de todo lo que ha llovido en este país -y en nuestro país IU- desde que nos dejaste.
Me pregunto si los vecinos y vecinas de esa calle nueva sabrán quién es Juan Antonio Jiménez Adame, militante comunista desde la clandestinidad, sindicalista de CC.OO y una de las personas que mejor me acogieron cuando me afilié a IU en Dos Hermanas, hace ahora 20 años. Sobre todo, un gran amigo.
(Que si te conocieran, tal vez aceptarían tu habitual sugerencia de renombrarte por tus siglada J.A.J.A., ¿te imaginas un sobre franqueado con la dirección «JAJA nº 13»?)
Pero bueno, ahí queda tu recuerdo. Y aquí, sabiéndote tan sentimental, esta vez no he querido ser solemne, sino llamar a esa otra puerta de tu existencia. Como a buena parte de tu familia la tengo cerca a diario, ya no nos debemos ni una cerveza. Ni un whatsapp, que menos mal no llegaste a conocer. Nuestro pueblo está de enhorabuena, aunque lo ignore, aunque no se entere. Tampoco es nuevo, qué te voy a contar que no sepas.