El derviche tourneur ha dejado de danzar. Battiato se me ha antojado siempre como un cliché italiano ajeno a los clichés de la Italia tradicional, capaz de mezclar lo clásico con lo moderno sin sonrojo. Le recuerdo en ‘Tocata’, tan aparentemente extraño entre la juventud de entonces, sentado en una banqueta mientras la concurrencia salta y aplaude, ese aspecto de empollón bailando a su aire en una discoteca. Ciao, Maestro.
Publicada encrónicas marxianas