A Javier Navascués

Es cierto que no nos conocimos lo suficiente. Tu militancia de siempre y la mía tardía solo coincidieron en los últimos tiempos, cuando tú eras un referente ideológico y yo acababa de pasar, como decimos en nuestra asamblea de Dos Hermanas, de Bellavista para allá. Hasta entonces, no más de dos años y medio atrás, alguna visita tuya, alguna conferencia y todo lo que Carlos Benítez, maestro y padre político, me contaba de ti.