Hoy hemos acudido a la llamada del sindicato CC.OO. para participar en la concentración ante la Consejería de Cultura y Patrimonio, como medida de protesta por la paralización de la tramitación como Lugar de Memoria Democrática de la antigua Comisaría Superior de Policía de Sevilla (en La Gavidia), sede de la Brigada Político Social franquista.
La Gavidia fue centro de detención y tortura de miles de personas que lucharon por la democracia en los últimos años de la dictadura, con la siniestra figura de Utrera Molina como protagonista principal de aquella etapa de terror en Sevilla. (Por cierto, que de no ser por tratarse de un tema tan sensible y doloroso, resultaría caricaturesco pensar que ese edificio de 7.500 metros cuadrados -referente del Movimiento Moderno en Sevilla – que fue adquirido en 2006 con el dinero público de todas y todos, vaya a pasar de lugar de tortura a hotel en pleno centro de la ciudad).
El objetivo de la movilización de hoy no es otro que llamar la atención sobre el incumplimiento de nuestra Ley de Memoria Histórica y Democrática. La paralización del expediente de La Gavidia es sólo un botón de muestra: el actual gobierno andaluz de las tres derechas, con sus máximos responsables de la Consejería de Cultura y del Comisionado para la «Concordia» al frente, ha dejado amontonados en los cajones las inscripciones pendientes, las solicitudes y los expedientes presentados y hasta las peticiones de entrevistas que se han registrado formalmente para el tema de La Gavidia y muchos otros.
Utrera Molina murió en 2017. Lo hizo denunciando a la Diputación de Sevilla, que le retiró la medalla de la provincia que se le concedió en 1969. Muchas de sus víctimas (a algunas las conozco bien) siguen muy vivas y muy activas en la defensa de los valores por los que sufrieron tortura en La Gavidia. Que la Junta de Andalucía niegue el valor histórico y memorialista a este edificio es una manera explícita de negar el cierre de una herida abierta desde hace más de 40 años.