Oí silbar a alguien

Hay poca gente en el parque, se puede patinar y elegir sol/sombra para sentarte en la terraza del bar; el aparcamiento del Arenal está vacío de domingo cotidiano y la confitería San Rafael tiene echado el cerrojo.

La instantánea del viernes santo en esta chincheta del mundo huye del bullicio que se le podría presuponer. Abundando: ninguna llamada en el móvil, cuscús para merendar.

Actúa siempre como si una cámara te estuviera vigilando

Aprender a comportarse en público ante las prisas y los nervios; las dudas: colapso en la Junta Electoral Central, nuestra gente esperando en los juzgados.

El aparcamiento de la Plaza del Arenal amanece estos días con el canto de un pájaro -supongo un mirlo invasor- que encajaría a la perfección en el primer movimiento de la sinfonía número 11 de Philip Glass, esa nueva maravilla sonora que me acompaña cada vez que urge un antídoto de euforia.