El 19 de julio de 1936, el comandante de la Guardia Civil Gregorio Haro Lumbreras tendió una emboscada en La Pañoleta (Camas) a la columna minera que venía de diferentes municipios de Huelva con explosivos para ayudar a sofocar el intento de golpe de estado fascista. Los guardias ametrallaron a los mineros, haciendo estallar la dinamita y matando y apresando a muchos de ellos.
Hoy, 83 años después, he asistido al homenaje que, como cada año, rinde la Asociación Memoria, Libertad y Cultura Democrática de Camas a esta Columna Minera de Riotinto. Son estos días en los que muchos colectivos de muchos municipios celebran actos que recuerdan a las víctimas del fascismo y los momentos sufridos en aquellas fechas. Ayer, por ejemplo, también estuve presente en el acto que se celebró en la muralla de la Macarena en Sevilla.
Es un hecho que la conmemoración del sufrimiento que provocó el 18 de julio ha sobrepasado el relato histórico que generó el franquismo, en términos culturales. La falaz acusación de adoctrinamiento que hacen hoy las derechas, con mayor o menor grado de cinismo, es una prueba de ello.
El riesgo que tenemos que evitar es el de convertir estos actos en liturgias laicas sin más. Evocar un hecho histórico, una efeméride con tantos componentes de valores humanos universales, supera la institucionalización de un protocolo donde se lea un manifiesto, se canten canciones, intervengan personas señaladas, se reciten poemas, se guarde un minuto de silencio y se culmine con himnos obreros.
En Camas, la asociación incluye siempre en su manifiesto una tabla reivindicativa dedicada a las distintas administraciones. La mayoría de los colectivos que trabajan a lo largo del año para recuperar la memoria histórica y democrática, al menos los que yo conozco, insisten mucho en la necesidad de incorporar los objetivos Verdad, Justicia y Reparación a todos los ámbitos de la vida y la cultura de nuestro pueblo (de ahí también la acusación de adoctrinamiento). No se trata sólo de dignificar la memoria de miles de personas asesinadas y enterradas en fosas comunes y cunetas, que por supuesto; también de traer, incorporar y practicar los valores democráticos, de solidaridad, de libertades y de igualdad por los que lucharon y murieron.
En la Wikipedia tienes una entrada sobre la Columna Minera, que puedes leer aquí.
