Lobo Loco escribe «A big hug to you all» en mi vídeo con momentos de octubre. Es lo bueno de todo esto de las nuevas tecnologías. También que haya amigos que me escriben sorprendidos; lo cierto es que a estas edades uno tiene la posibilidad de haber aprendido lo suficiente (es un decir: nunca es suficiente) como para sentirse en la primavera del otoño.
A todo esto, caigo en la cuenta de que empecé a escribir en este blog el 31 de octubre de 2006. No le voy a cantar aquello de los quince años del Dúo Dinámico para evitar el desencaje con su fisonomía ajena a clichés, pero, haciendo un ejercicio de yolandismo, voy a dar algún dato: no existían ni Facebook, ni Twitter, ni los sistemas de mensajería instantánea; y en lo personal: mis padres vivían, mi hijo aún no había nacido (ni siquiera estaba pensado) y mi sueldo de entonces, en una empresa constructora, era exactamente el mismo que el de hoy en IU Sevilla (1.500 euros). Si cada cual hiciera una reflexión semejante sobre lo suyo, tal vez llegaría a la conclusión de que todo ha cambiado lo justo como para volver al mismo sitio, pero a ese sitio resultó llegar diferente. Lo cual no significa que sea una apreciación negativa; si acaso, optar entre que han pasado tres lustros como pasa el balón y no el jugador, o viceversa. O unas veces lo uno y otras lo otro.
Otro dato, señoría. Dicen las estadísticas del blog que he escrito 1.058 textos en todo este tiempo. Una etapa de 8 años como candidato a la alcaldía y portavoz municipal de IU Dos Hermanas, otra muy breve sobre mi trabajo en AVRA y una tercera como coordinador provincial de IU Sevilla. Tres peldaños de una escalera o tres patas para un banco. Y la vida cotidiana atravesando de esquina a esquina, de orilla a orilla. Leí hace un par de días en un meme que en realidad nos enamoramos de nosotros mismos estando enamorados. Mi relación con esta bitácora, tan virtual que podría perderse por una falla cibernética, tiene mucho de leerte estando escribiendo como si así atrapases lo vivido. Es como cuando, de repente, necesitas escuchar una canción. Mis post, que no valen nada, ni son literatura, ni ciencia, ni pensamientos originales ni cosmogonía, son fotografías de una radiografía de un instante. Como tales, mantener un blog es hoy lo más parecido a coleccionar sellos cuando nadie envía cartas. Un magistrado muy rojo me dijo una vez que seguía en Jueces para la Democracia por romanticismo. Pues algo parecido.
Si has llegado a leer hasta aquí, eres de esa misma escuela. Gracias por tanto.