«¿Existe algo más desconocido que el soldado del monumento al soldado desconocido? Sí, la mujer del soldado desconocido».
Durante treinta años viví en un piso bajo de un edificio de cuatro plantas, por mi ventana pasaba la gente y nunca sabías si se miraba en el cristal o husmeaba por el interior. Ahora, en las noches de ventanas abiertas, desde la[…]
Mi cuaderno es también contenedor de historias. En él, además de escribir mis cosas, guardo pequeños tesoros que voy recogiendo de aquí y de allá. Ayer, por ejemplo, inserté una reproducción de una original señal de tráfico que me ha traido de Florencia[…]
Reconozco mis prejuicios ante el cine norteamericano. Reconozco que, cuando voy al Avenida, siempre procuro encontrar películas europeas o asiáticas o sudamericanas, y que ante carteles como Una historia de Brooklyn sólo me paro si el resto ya está visto o no me[…]