La teoría sueca del amor

Un título llamativo, una imagen poderosa, drones grabando desde el cielo, efectos visuales y auditivos (potente banda sonora), la pulcritud en modo efectos especiales, un comienzo provocador, una lanza atravesando el abdomen de un etíope y un final con el sociólogo de moda (que falleció poco después). Con estos aderezos, dan ganas de ver el documental, ¿verdad? Luego, en realidad, lo que ves no me parece para tanto. Lo que deja en el aire, sí: las preguntas, las reflexiones y las sospechas que provoca, dan para una tesis doctoral. Mi camarada Ángel lo haría genial (de hecho, en su tesis…

La mano invisible: Arte y Parte

El arte como actitud. Cuando hablo de generar redes, no sólo me refiero al activismo de la calle, ni a ir a todas las manifestaciones, ni a defender todas las causas difíciles. La respuesta social es un collage donde unas personas están en las mareas, otras en los tajos, algunas parando desahucios y las más educando, haciendo pedagogía en valores humanos y generando un futuro distinto desde el ámbito familiar. Esa composición se teje también con libros, películas, canciones y exposiciones plásticas, lo mismo que dando clases en el colegio o repartiendo folletos en la plaza de abastos del pueblo.…

La mano invisible

Rubén Lardín (eldiario.es): Un albañil construye muros que luego derrumba, un mecánico monta y desmonta un automóvil, un mozo de almacén desplaza bultos sin utilidad aparente, una teleoperadora realiza encuestas acerca de la consideración del propio trabajo… Once individuos han sido seleccionados para realizar cada uno una tarea o más bien su parodia, pero la singularidad no termina ahí: su labor, que desempeñarán todos los días simultáneamente en el espacio diáfano de una nave industrial, contará con la presencia de un público que concurrirá a verlos trabajar, jaleando, aplaudiendo o abucheando sus procedimientos como en cualquier espectáculo deportivo. Este viernes…

Estamos jodidos

Salí de ver la película El bar con dos ideas atravesadas. Una, sobre los paralelismos entre la verdadera historia que nos cuenta Álex de la Iglesia y la que escribió Isaac Rosa en La habitación oscura. La otra, como consecuencia de ambas narrativas, es esta: o rompemos las costuras de esta sociedad líquida en que vivimos, o estamos irremediablemente jodidos.
La lógica

La lógica

Mi cuaderno es también contenedor de historias. En él, además de escribir mis cosas, guardo pequeños tesoros que voy recogiendo de aquí y de allá. Ayer, por ejemplo, inserté una reproducción de una original señal de tráfico que me ha traido de Florencia mi compañero-jefe, Fernando. Allí, las calles se están llenando de peces-flecha de dirección obligatoria, o sierras que cortan el trazo de prohibido el paso, o la convierten en escultura, como en la imagen de arriba. Mi cuaderno conserva también un recorte de la revista Babelia, un artículo escrito por Santiago Auserón, titulado "La deuda griega", que guardo…

El calamar y la ballena

Reconozco mis prejuicios ante el cine norteamericano. Reconozco que, cuando voy al Avenida, siempre procuro encontrar pelí­culas europeas o asiáticas o sudamericanas, y que ante carteles como Una historia de Brooklyn sólo me paro si el resto ya está visto o no me convence. Reconozco, por último, que las dos o tres cintas estadounidenses que he visto este año me han gustado, aunque ninguna (tal vez por esos prejuicios) me haya llegado del todo, salvo Match Point, que por ser de quien es ya me llevó premeditadamente a verla con simpatías. Una historia de Brooklyn (The skid and the whale)…