La esquina rota y los gallos

El mismo día que nos deja Manolo Hernández, después del tanatorio, ya en casa, agarro la novela de Benedetti y la termino desde donde "la tristeza también es temible / no solo la propia sino también la ajena / (...) / las tristezas son como los gallos / canta una y enseguida las otras se inspiran / y sólo así uno se da cuenta de que la colección es enorme e incluso que uno tiene tristezas repetidas". Con esta novela he aprendido que si cometo el error de mirarme al espejo, tal vez automáticamente me llene de cordura.

Don’t forget

Me ha pasado muy a menudo en el interior de bar Soberao Jazz, donde sus paredes de casa antigua y sus escenas analógicas te imaginan naúfrago consciente de una isla desierta, de la que no quisieras irte, refugio con vistas al interior. Y me pasó recientemente, durante una hora y media, en la presentación del poemario 'Una flor', de Alejandro Palomas, en el patio de butacas de un teatro que albergaba a no más de 20 personas. Hay momentos en los que el lugar donde estás se transforma en una estancia ajena a los sopores y estares del mundo y…

Los tres quijotes

El primero fue una edición de Cátedra, de las que comprábamos cuando el instituto; dos tomos negros, para la clase de Literatura de 2º de BUP, que ignoro en qué parte de mi hogar se encuentran, si es que están. El segundo fue de una colección, decían que una versión nueva de no recuerdo qué novedad; del primer volumen de este último comencé a releer la obra, más o menos cuartenta años después de la primera, más o menos con la edad del caballero manchego, a principios del mes de agosto pasado, después de ‘Anna Karenina’.

Alberti: Al presidente de Chile, Salvador Allende

No los creáis, cubría / su rostro la misma máscara. / La lealtad en la boca, / pero en la mano una bala. / Al fin, los mismos en Chile / que en España. / Ya se acabó. Mas la muerte, / la muerte no acaba nada. / ¡Mirad! Han matado a un hombre. / Ciega la mano que mata. / Cayó ayer. Pero su sangre / hoy ya mismo se levanta. Rafael Alberti, 'Al presidente de Chile, Salvador Allende' (1980) https://youtu.be/LQCfUYneJPI

La salsa y la ventura

Teresa Panza a su esposo: "La mejor salsa del mundo es la hambre; y como ésta no falta a los pobres, siempre comen con gusto". Sancho Panza a su esposa: "Mira, Teresa, siempre he oído decir a mis mayores que el que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, que no se debe quejar si se le pasa". Ambos en el capítulo V de la Segunda Parte. La ilustración original es del pintor Ricardo Balaca.