Las personas ateas pensamos que el ser humano (el hombre, en la retórica bíblica) creó a dios, y no al revés. Lo digo sin frivolidad ni ironía, desde el profundo respeto a quienes profesan creencias religiosas, católicas o de cualquier otra confesión.

Cuando llega esta época del año, o en navidades, suelo sustituir la música ligera más de la cuenta por las pasiones de Bach, las misas de Haendel o la ‘Officium Hebdomadae Sanctae’ de Victoria. Es dentro de esas obras donde más cerca se puede estar del sentimiento de dios. Creo que la última persona viva capaz de representar esa trascendencia es Arvo Part, aunque nadie como el Kantor de Leipzig llegó tan lejos de la Tierra laica y tan cerca del cielo cristiano.

Sea como fuere, bienvenida sea la resurrección. Ojalá su sentido originario (no el metafórico ancestral) fuese algo más que una liturgia para quienes toman, en su nombre, el nombre de dios en vano.

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AgitPop

Una guía imprescindible para quienes seguimos empeñados en hacer de la importancia de la memoria democrática una realidad cotidiana.

Reseña de Mauricio Valiente.

La música del azar de este 2025, que me acompaña en el día a día, en casa, en el tren o en la carretera. Cada vez que algo nuevo me gusta, lo añado. Tal vez no encuentres una lista de grandes éxitos, pero no soy yo quien decide: son ellas, las canciones, quienes me eligen a mí.

Cancionero 2025 en Spotify.

No he visto Oppenheimer y creo que tampoco Interstellar, pero me ha gustado bastante el debut en guión y dirección (1998) de Christopher Nolan, titulado Following, «rodado en blanco y negro y en 16 mm, durante los fines de semana y con un presupuesto de 6.000 libras», según Filmin.

Reseña en Wikipedia.