La última generación

Domingo por la noche, salgo a tirar la basura. En la plaza están recogiendo los bártulos de una feria del jamón y no sé qué más, tal vez gambas. Camino del contenedor, la acera está minada de bolsitas de picos vacías, vasos de plástico y servilletas de papel. Hay también alguna loncha tirada de esas que, por la mañana, ofertaron por megafonía a 5 euros los dos platos.

La naturaleza imita al arte

Nunca retroceder, pero a veces es sano frenar un poco, sin miedo al síndrome FOMO (fear of missing out, el pánico a estar perdiéndonos algo) y consciente de que no es cierta esa ubicuidad que te atribuyen a veces, casi siempre con mucho cariño. Asumiendo la nomofobia (sic) y, en cualquier caso, que Casablanca ya está aquí y que siempre nos quedarán los grupos de WhatsApp.