La vecina de la tienda de abajo me contó ayer que lleva cuatro porrazos en la furgoneta en un mes. La pobre va renqueando y dice que si se da de baja no come. Así y todo asegura que ha tenido suerte, porque[…]
Aunque me considero ateo practicante, me simpatizan autores como Terry Eagleton, a quien he citado en alguna ocasión (hace dos años, y veo la fotografía y el texto y parecen de hace un siglo), y que me recuerda la proclama de aquel primer[…]
Una vez guardé un documento en el ordenador con el nombre ”mientras_tanto.odt”. Sabía que esas dos palabras no habían surgido del azar, que no había sido una ocurrencia (mi disco duro humano no da para ocurrencias), pero tampoco acertaba a localizar qué, cuándo[…]
Nos engañaron con la primavera de la misma forma que con este panel del aparcamiento del Arenal: al principio, cuando lo colocaron, anunciaba “dos horas gratis”; con el paso del tiempo, se cambió a “primera hora gratis” y, finalmente, pasados los años, lo[…]
Una de las palabras que definen nuestro tiempo, casi a la par que ‘resiliencia’. Lo hablamos ayer Fran y yo, entre cervezas y repaso a las cosas del pueblo, a esa hora en que el sol se esconde y el aire urbano adquiere la textura[…]
Agosto también tiene sus rutinas: la del mes inhábil, la de los cursos de natación y las escuelas de verano, la de quienes no tienen para vacaciones porque a duras penas hay para comer. El año pasado, tal día como hoy, estaba sin[…]
Desde mi visión marxista, opino que la historia debe estudiar la estructura económica, las clases sociales y la coyuntura política en lugar de las hazañas heroicas o las vidas de reyes y reinas, huyendo del culto a los héroes y la obsesión por[…]
Compro El país los sábados sólo por su suplemento Babelia. El resto lo leo con la nariz tapada, igual que me pasa con los noticieros y tertulias de RNE, que me impongo escuchar por ser la radio pública. La historia de El país es[…]